El abandono de animales domésticos, un hecho asociado típicamente al verano, es ahora un fenómeno extensible a cualquier época del año. Así lo afirma la presidenta de la Protectora de Gatos y Perros de Ourense (Propega), al señalar que “los abandonos se incrementaron al extenderse de enero a diciembre”, por lo que actualmente la perrera ourensana cuenta con un total de 850 animales, de los cuales la mayoría son perros, contando solamente con 45 gatos, dada la naturaleza depresiva y la alta cifra de mortandad entre los felinos.

La cifra media de abandonos mensuales oscila entre los 25 y los 40 ejemplares en Ourense. Concretamente, durante el mes de julio la perrera recibió 37 perros y 17 gatos, de los cuales la mayor parte eran cachorros y, según afirma Rosa Jarrín, “en agosto la tendencia está siendo la misma”.

Por su parte, las adopciones en el pasado mes de julio sumaron 28 en el caso de los canes y 12 en el de los gatos.

La presidenta de la protectora ourensana señala que esta cifra se mantiene prácticamente inmóvil durante todo el año, aumentando el número de entregas y adopciones en navidad y verano, lo cual equilibra la cifra media. “En verano y navidades hay muchas adopciones y entregas, por lo que la cifra de animales se mantiene prácticamente inamovible”, puntualiza.

Concienciación temprana

Para fomentar el respeto y cuidado de los animales, Rosa Jarrín hace hincapié en la necesidad de empezar por los niños, ya que en muchas ocasiones “las familias adoptivas tienen hijos pequeños”.

Para ello, la presidenta de la protectora ourensana acudió al Aula de Natureza de Oira, donde 36 pequeños y pequeñas escucharon atentamente sus explicaciones.

Los niños tuvieron oportunidad de aprender la importancia de esterilizar tanto a los machos como a las hembras para evitar que tengan cachorros no deseados, y Jarrín puso el acento en el hecho de que “un perro castrado es igualmente un perro feliz”.

Además de ello, les enseñó a los pequeños que los tres pilares básicos para un buen trato a nuestros animales residen en la vacunación, la colocación del chip de localización y la demostración de cariño al animal.

Al finalizar la charla, los niños quisieron aportar sus escasas pero intensas vivencias con sus mascotas, lo cual dejó patente su amor por el reino animal.