Una visita lúdica y sobre todo termal, aprovechando, eso sí, los recursos naturales de la ciudad de Ourense.

Esto fue lo que hicieron un total de 14 internos del Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar matriculados en enseñanzas regladas en la cárcel, que acompañados por personal de la prisión participaron ayer en una visita guiada del Concello de Ourense a la zona termal.

Se trató de una salida terapéutica del centro penitenciario, que aunque ya había sido programada para el pasado día 16 tuvo que ser aplazada a causa de la lluvia y el mal tiempo, por lo que aprovechando los días soleados que hubo esta semana fue recuperada en la jornada de ayer, y lo cierto es que las condiciones meteorológicas sí que acompañaron.

Los presos, muy emocionados por este viaje, que los liberaba de sus tareas diarias, realizaron un recorrido guiado por la zona de las termas y conocieron lugares y espacios públicos de interés de la ciudad, asistiendo a una explicación de su importancia y funcionamiento.

Entre los objetivos que se buscaban con esta experiencia se incluía el de establecer, según habían indicado antes sus organizadores, “el contacto real” con el mundo exterior, “observando actitudes de respeto y civismo” durante el desplazamiento y “recompensar el esfuerzo de los internos”, cuya situación penal penitenciaria permite esta salida.

La salida, que se inició sobre las 10.30 horas desde el centro penitenciario, hizo que aproximadamente sobre las 11.00 horas llegaran a A Chavasqueira y realizaran un recorrido a pie hasta Outariz, aunque lo único que les faltó fue poder darse un pequeño chapuzón.

De todas maneras, durante el circuito organizado por el concello los internos recibieron información sobre el funcionamiento de la misma, siendo esta una oportunidad, dado que muchos de ellos también se encuentran en programas de inserción laboral para asesorarlos para poder buscar empleo cuando cumplan la condena, y lo cierto es que el termalismo es uno de los sectores que, al ser de carácter emergente, más demanda de personal está solicitando.

Finalmente, sobre las dos de la tarde los internos y sus educadores tuvieron que despedirse del excepcional paisaje, que seguro que no podrán sacar en tiempo de su memoria para disponerse a ir a comer al propio centro con sus compañeros, conscientes, eso sí, de que habían pasado un día diferente y en medio de pura naturaleza siendo unos privilegiados.