El mes de julio es según el subjefe de la Jefatura Provincial de Tráfico, David Llorente, "desastroso", ya que se registraron en la carreteras ourensanas seis muertos, contabilizándose cuatro de ellos en la autovía Rías Baixas.

En este sentido insistió en que "lo que pasó este mes fue algo aleatorio", y el hecho de que "la mayoría de los accidentes mortales fueran en la autovía no son atribuibles a las deficiencias en la carretera", sino "más bien por fallos de carácter humano, sobre todo por despistes y por exceso de lo velocidad".

Así, en este mes los datos reflejan un aumento de la siniestralidad en la carretera muy importante, ya que sólo en la autovía tres de los accidentes fueron mortales, saldándose en este caso con cuatro muertos, dos heridos graves y uno leve.

En este sentido el primero de ellos ocurrió el día de 18 en el que dos obreros, un vigués de 52 años, Gerardo A.R., y un vecino de Marín de 34, Jaime Enrique M.D., fallecieron a la altura del municipio de Melón, al colisionar por alcance la furgoneta en la que viajaban contra un camión. Otros dos operarios que viajaban con los fallecidos resultaron heridos, uno de ellos grave, el pontevedrés A.D.N., de 32 años y que conducía el vehículo, y el marinense José Antonio G.F., de 22.

En el segundo, un camionero portugués de 30 años de edad, S.B.M., falleció el pasado día 22 en el interior de la cabina del vehículo frigorífico en el que viajaba tras volcar y posteriormente empotrarse contra una valla quitamiedos a la salida de la A-52 en O Piñeiral, Concello de San Cibrao das Viñas, mientras transportaba congelados entre Porriño y Madrid.

El tercer y último siniestro mortal tuvo lugar el día 23, cuando un hombre, P.D.S. de 41 años de edad de nacionalidad portuguesa, falleció en la autovía "Rías Baixas" a la altura del Concello de Verín, tras bajarse de su camión para revisar un fallo y disponerse a cambiar una rueda y fue atropellado por otro compañero de profesión que pasaba por la zona y no se percató de su presencia en el vial.