El Aula da Natureza de Oira acoge desde los primeros días de este mes diferentes actividades para niños relacionadas con la educación ambiental. Estas iniciativas se enmarcan en la programación de verano presentada por el Concello de Ourense. Ayer, la física y máster de Gestión de Calidad en Medio Ambiente, Susana Bayo, voluntaria del proyecto internacional Cambio Climático de Al Gore y entrenada por el estadounidense, impartió una charla relacionada con esta materia que consiguió mantener expectantes a los pequeños durante la hora y media de duración de la misma.

- ¿Qué diferencias existen a la hora de dirigirse a un auditorio infantil y a uno adulto?

- Con los mayores siempre estás más nerviosa al principio porque la gente te observa de otra manera, el de niños es más exigente, pero no engaña. Sabes perfectamente si están atentos, si les gusta y si están motivados. Los adultos pueden abrir la boca pero siguen atendiendo igual, pero las caras de los niños no mienten. Si tú quieres que el mensaje les cale tienes que ser como ellos en cierto modo.

- ¿Cuáles son las claves en la estrategia comunicativa del proyecto de Al Gore?

- El proyecto empezó hace dos años en Estados Unidos, pero luego se extendió a otros países de Sudamérica o la India. Escogió a España porque es uno de los países de Europa más afectados por el cambio climático. Al Gore organiza grupos de trabajo en diversos lugares, unas doscientas personas de ámbitos diferentes para poder llegar a todo tipo de público.

- ¿Por qué las campañas anticontaminación no resultan eficientes del todo?

- Porque falta mucho el tú a tú de la gente. Parece que nos hemos dormido un poco; en los años 90 los activistas salían a la calle, se enfrentaban directamente a los políticos, pero ahora con internet nuestra voz se extiende pero no actuamos de forma directa. Acción significa mover las piernas, llegar a la gente, contarle lo que está pasando de manera cercana.

- ¿Qué opina del papel de los políticos en materia medioambiental?

- Nosotros creemos que es el político el que tiene que cambiar. Sin embargo, somos nosotros los que tenemos que obligar al político a que cambie. Pero no podemos exigir cosas cuando para recorrer cuatro kilómetros cogemos el coche. Es muy difícil cambiar el sistema porque tenemos que empezar todo de nuevo y cambiar nuestros hábitos. Creo que la legislación debería ser mucho más dura, sobre todo en en tema de reciclaje porque es muy fácil adaptarse.