Con la cabeza bien alta y con el orgullo de haber servicio a los vecinos. Esa fue la sensación que trasmitió ayer Francisco José Fernández a sus seguidores en el momento de decir adiós a la Alcaldía de Pobra de Trives por causa de una moción de censura que se desarrolló sin sobresalto, aunque una vecina que acudió al pleno una vez concluida la votación sentenció: "Se acabó la democracia en Trives".

Se había consumado el cambio de alcalde en Trives, el primero de la provincia después de que hace algo más de un año se celebrasen las elecciones municipales y los dos ediles socialistas decidiesen apoyar al candidato de los independientes como recambio a los 20 años de gobierno popular con Luis Álvarez al frente.

Los seis firmantes de la moción: 4 concejales del PP y los dos tránsfugas socialistas ahora bajo el amparo de "no adscritos" madrugaron, pues llegaron al Concello de Trives cuando se abrían las puertas, unas tres horas antes de la celebración del pleno, fijado para las doce del mediodía.

Una decisión adoptada teniendo en cuenta los antecedentes de Calvos de Randín en la moción de censura fallida al tomar el concello los vecinos y e impedir la entrada de los promotores de la moción.

La medida de "precaución", como la calificó Luis Álvarez, luego se vio que era innecesaria, ya que los partidarios del alcalde y el grupo de independientes, que llenaron el salón de sesiones, se limitaron a prestar su apoyo a Francisco José Fernández que, vestido de traje y corbata azul, iba a cerrar su breve página como alcalde, y a reprochar a los concejales censurantes el "non sei como non se os cae a cara de vergonza".

Aplausos

Los vecinos presentes cortaron en varias ocasiones la intervención del regidor con encendidos aplausos y también acallaron la boca de uno de los asistentes que le pidió que acabase con la "asamblea" con un expresivo "cállate gilipollas".

El momento de cierta tensión del pleno se produjo cuando intervino el que fuera portavoz socialista, Francisco del Río, en el que rechazó los "insultos intolerables" de Francisco José Fernández y una vecina lo acusó de "traidor y sinvergüenza". Fue el presidente de la mesa de edad, el edil popular Félix García, el que dirigiéndose a los dos policías locales les dijo: "Como vuelva hablar esa señorita la expulsan", obteniendo como respuesta un sonoro abucheo y los gritos de "volvió la dictadura".

Habían pasado poco más de 15 minutos desde el comienzo del pleno y llegaba la votación. A la pregunta de votos a favor de la moción de censura, allí estaba Francisco del Río, con puño en alto apoyando la elección del popular Luis Álvarez como nuevo alcalde, ante la incredulidad de los asistentes.

Antes de abandonar el salón de plenos Francisco José Fernández dejaba el siguiente mensaje: "Los vecinos no se merecen los gobernantes que tendrán en los próximos tres años". Y pidió a los presentes que no se olviden lo que aconteció.

Y como epitafio utilizó una fase que Quevedo le dijo al autoritario Conde Duque de Olivares, mirando especialmente a los "muñidores" de la moción de censura, Luis Álvarez y Francisco del Río: "No he de callar por más que con el dedo ya tocando la boca o ya la frente silencio avises o amenaces miedo". Una despedida con el acompañamiento de una prolongada ovación.