La titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Ribadavia decretó el ingreso en prisión, comunicado y sin fianza, de Luis Gómez G., el presunto autor del parricidio que tuvo lugar en la mañana del pasado sábado. El acusado declaró "que no se acordaba de nada de lo que había ocurrido en el domicilio familiar, porque estaba bajo los efectos de las drogas", según explicó el abogado de oficio de la defensa.

El detenido, aunque tenía prevista su comparecencia a las 10.30 horas de ayer, llegó en un vehículo de la Guardia Civil de Ourense al Juzgado de Ribadavia, acompañado de dos agentes minutos antes de las once y media. Así, cuando se disponía a entrar en las dependencias judiciales y ante la presencia de los fotógrafos, exclamó: "Os vais a comer la cámara". De esta manera, y hasta que le designaron un abogado de oficio, el acusado permaneció a la espera durante casi una hora hasta la llegada del letrado para comparecer ante el juez durante aproximadamente seis horas.

Drogas

Según el abogado defensor, el acusado declaró que "no se acordaba de nada de lo que había ocurrido en el domicilio familiar, porque estaba bajo los efectos de las drogas", y por eso la defensa pidió la libre absolución, aunque en el momento en el que fue detenido le manifestó a los agentes de la Policía Nacional que lamentaba lo que había sucedido y reconocía su culpabilidad en los hechos.

Por su parte, la fiscal solicitó el ingreso en prisión sin fianza y comunicada de Luis Gómez, al considerarlo autor de los hechos que se le imputan.

Así, después de que la juez estudiara las dos peticiones decretó el ingreso en prisión provisional en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar sin fianza y comunicada, al considerar que había indicios de que el acusado fue el autor de este hecho delictivo, hasta que se celebre la fase de instrucción, donde se estudiarán las distintas pruebas y finalmente la vista oral.

Por su parte, el abogado de oficio afirmó que ahora el acusado "tendrá que decidir si quiere buscar otro letrado o si sigo yo con el caso".

No hubo gritos

Fuentes cercanas a la investigación revelan que "una de las versiones que se baraja sobre lo ocurrido en el domicilio de Ribadavia no es del todo correcta", ya que "no existieron tales gritos"; es decir, que según parece el padre no emitió ningún sonido o por lo menos no fue tan alto como para que los vecinos los pudieran escuchar.

Otro de los puntos que también se han aclarado en la investigación es que sí hubo una discusión entre padre e hijo en la vivienda situada en el número 39 de la calle Muñoz Calero, y que la madre sí declaró que faltaba dinero en un caja que precisamente había sido forzada.

Por otro lado, la Policía Judicial y la Policía Nacional están trabajando sobre dos posibles hipótesis, una de ellas es que el hombre muriera por asfixia, ya que apareció vestido con un pañuelo enrollado alrededor del cuello y hemorragia esofágica, y la segunda va encaminada a que la muerte se produjera por heridas de arma blanca en el cuello y en el pecho, en este caso un cuchillo, que forma parte de las pruebas que la Policía Judicial está examinando, al igual que otras que se encontraron en el domicilio y que están bajo secreto de sumario.