Aunque la decisión final se conocerá en el plazo de un mes, la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Ourense continuará en Reza -aguas abajo del río-, a escasos metros de la actual, declarada ilegal por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) y con orden de derribo. Así se desprende de los datos que aportó ayer el presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), Jorge Marquínez, que recibió del alcalde, Francisco Rodríguez, el estudio que sobre las posibles ubicaciones realizó la empresa Fullcrum.

De las 36 alternativas que se reflejan en el estudio, con diferentes características técnicas, se plantean 12 posibles ubicaciones, aunque las propuestas de la empresa se centran en tres: aguas abajo; en la otra margen del río, y una tercera más alejada de la población de Reza, y todas dentro del municipio. En cuanto a las tecnologías de la nueva depuradora, sobre las que también decidirá la CHN, las que se plantean son: la convencional, el sistema de biofiltros y la de membranas, que es la más moderna, aunque su coste de gestión es más alto, según los técnicos, explicó Marquínez.

También rubricó el compromiso del Ministerio de Medio Ambiente con el "catálogo de directrices" que le entregó el alcalde, que "además compartimos", y que tiene como principales exigencias el hacer una depuradora nueva, y que no sea en la actual ubicación, terreno que se recuperará para convertirlo en un espacio publicó para que los ciudadanos disfruten de un ámbito natural al lado del río Miño, y que sea de última generación.

A este respecto, y después de explicar que la CHN dará los pasos necesarios, "con la mayor premura posible", con es la elección de la ubicación, redacción del anteproyecto y exposición pública, Jorge Márquínez proclamó que "no hay ningún límite económico para la construcción", y aunque la cuantía se concretará una vez se elabore el proyecto, las estimaciones del estudio realizado por la empresa sitúan el coste en más de 60 millones de euros, "que serán asumidos íntegramente por el Ministerio de Medio Ambiente".

En cuanto al tipo de depuradora, que también queda pendiente de la valoración de los técnicos de la Confederación Hidrográfica, "será moderna, la que más convenga -sin desvelar por cuál de las tres se optará-, y una instalación sólida que no cause problemas y que dure más de 30 años", contemplando el futuro crecimiento del concello, con una capacidad de tratamiento para una población superior a los 160.000 habitantes.

Marquínez subrayó que la nueva depuradora de Ourense, cuyo plazo de construcción será de unos 4 años, aunque "nos gustaría que estuviese antes", por lo que entrará en funcionamiento en 2012, "molestará lo mismo que una cafetería o un merendero". Y señaló que en los últimos meses había visto muchas depuradoras modernas, alguna como la que se construirá en Ourense, "y no producen ningún ruido, menos que una motocicleta, y ningún olor", que son las principales quejas de los vecinos de las zonas donde se ubican.

El alcalde de Ourense dijo que "se da el primer paso para solucionar un grave problema", y descartó la opción de "mantener la depuradora de Reza, ampliarla o construir la nueva sobre la actual", para recordar que la infraestructura está afectada por una sentencia judicial "que vamos a cumplir con una nueva instalación, cuando sea posible, evitando de esa forma cualquier daño ecológico al río Miño". Dicho esto, cargó contra los que durante 12 años "no realizaron ningún tipo de propuesta o actuación", en alusión a los gobiernos municipales del Partido Popular. Y pidió al actual portavoz popular, Enrique Nóvoa, que "deje de decir tonterías y dar consejos".