X.M. del Caño / Ourense

La depuradora de Reza salvó al río Miño de un vertido de 55.000 litros de gasóleo, procedentes de depósitos de los talleres que tiene en Peliquín el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). El derrame de combustible se produjo como consecuencia del mal estado de unas tuberías, que permitió que fuera a parar a la red de alcantarillado, de donde pasó a la planta depuradora. La mayor parte del gasóleo se encuentra ahora en una balsa, para su reciclado mediante tratamientos biológicos, tal como indica el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, que acudió a la planta acompañado por el alcalde, Francisco Rodríguez.

El vertido lo descubrió la empresa Aquagest en la jornada de ayer, después de que detectara un fuerte olor a gasoil el pasado domingo. Al seguir el rastro del combustible, se percató de que procedía de los talleres de ADIF. Como única explicación, la compañía ferroviaria le indicó al alcalde que "desconoce cuándo se empezó a picar la tubería".

Fuertes olores y restos

Gran parte de los 200 vecinos de Reza que viven en las inmediaciones de la depuradora lleva tres días quejándose de la existencia de "un fuerte olor a combustible en la zona", por lo que acabaron llamando a Seprona el sábado. Y técnicos de Medio Ambiente tomaron muestras de agua ayer en el río Miño, para comprobar si quedan restos de gasóleo. Lo que puede percibirse en la orilla, es un fuerte olor a combustible, "que pudo llegar durante la jornada del sábado", cuando los vecinos afirman que "hubo un rebordamiento en la depuradora, por el aliviadero". Y encontraron restos de gasóleo a 300 metros de la planta, en una zona próxima al Miño.

El alcalde de Ourense indica que la situación está controlada. "Estamos poniendo todos los medios posibles, para evitar cualquier riesgo de vertido incontrolado al río". Y pide "la máxima tranquilidad". Espinosa indica que el vertido procede de un depósito que se encuentra en Peliquín, del que se abastecen las máquinas de Renfe. "En principio se trataba de una rotura pequeña, pero se fue incrementando, hasta que Adif percibió que allí había una fuga importante".

El Seprona inició una investigación el pasado sábado, después de que los vecinos denunciaran la existencia de un fuerte olor a combustible en las cañerías y en las casas de Reza. En un primer momento temieron que pudiera tratarse de un escape de gas, explican.

El senador del BNG, Pérez Bouza, tilda de "injustificable" que ADIF no informara del vertido, y que tuviera que detectarlo el propio Concello de Ourense. Y califica los talleres de Renfe como "un foco de contaminación habitual del río Miño, tal como reconoce el Ministerio de Fomento en un informe de 2006".