La Audiencia Provincial de Ourense ha condenado a cinco años de prisión al sacerdote y presidente de la Fundación San Rosendo, Benigno Moure, por un delito continuado de apropiación indebida de los bienes de una anciana con demencia senil. Además Moure tendrá que pagar una multa de diez meses, a razón de seis euros diarios, con inhabilitación especial para presidir, gestionar o representar institución de carácter asistencial por el tiempo de tres años.

Sin embargo la Audiencia lo absuelve de los delitos de falsificación de documento público y de documento mercantil y de uso de documento falso, así como del de delito de estafa de los que lo imputaba la acusación particular.

El tribunal también determina que la Fundación San Rosendo responderá subsidiariamente a reintegrar al caudal hereditario de los fallecidos María Vázquez Covela y Edelmiro Nogueira Villanueva, una suma que asciende a los 573.673, 38 euros.

Por su parte, al notario Alejo Calatayud, acusado de un delito de falsificación por imprudencia grave de un documento público, le imponen una pena de ocho meses de multa, a razón de quince euros diarios, y queda absuelto del delito de estafa que también le imputaba la acusación particular.

El jurado considera hechos probados que los ancianos ingresaron en el geriátrico dada "la imposibilidad de atenderse por sí mismos y administrar su persona y bienes, ya que él tenía Alzheimer y ella una demencia senil incipiente", como se hace referencia en el informe médico de ingreso.

Según la sentencia, el matrimonio poseía un "significado patrimonio inmobiliario y un importante capital en dinero" en la sucursal de Banesto de O Carballiño y cuando el director bancario quiso proponer a los titulares opciones para rentabilizarlo, tuvo que contactar con Benigno Moure, "que controlaba personalmente las visitas", además de explicarle que "debido a la situación en la que se encontraban la fundación se hacía cargo de la administración y gestión del patrimonio", por lo que "surgió así la idea de que a efectos prácticos era necesario que Moure figurara como autorizado en las cuentas bancarias", a lo que la anciana María Vázquez aceptó asintiendo con la cabeza y firmando.

Tras fallecer el marido, en 1999 la fundación pidió a la Fiscalía su incapacitación legal que fue decretada en noviembre de 2001, con el nombramiento como tutor de su sobrino y único heredero César Vázquez Romero.

Transferencias ilícitas

Hasta ese momento, el sacerdote estaba convencido de que la anciana carecía de herederos y "para transferir ilícitamente todo su patrimonio a la fundación San Rosendo, actuó como poseedor de sus bienes inmuebles y con la facilidad que le daba figurar como autorizado en las cuentas".

El tribunal consideró que Moure "se aprovechó del deterioro progresivo e irreversible de la capacidad intelectiva de la anciana y transfirió a cuentas de la fundación 495.758 euros y cargó gastos, sin soporte documental, por valor de otros 37.433 euros".

En lo que se refiere a los bienes, se considera también un hecho probado que "prevaliéndose del deterioro psíquico de la anciana y sin intención de abonarle dinero alguno, la convence para que en su nombre y en el del fallecido esposo suscribiera un contrato privado de venta de un piso de O Carballiño", en donde aparece como comprador el cura Moure en nombre de la Fundación San Rosendo, así como de un grupo de casas y cerca de 60 fincas.