El sacerdote y presidente de la fundación ourensana San Rosendo, Benigno Moure, será juzgado entre hoy y mañana por un supuesto delito continuado de apropiación indebida y dos continuados de estafa, y en el que se contará con tres peritos y al menos veinte testigos, entre ellos el notario Alejo Calatayud, al que al fiscal no imputa delito pero sí pide la depuración de posible responsabilidad penal.

Así en el escrito de calificación provisional, el fiscal pide para Moure 14 años de prisión e inhabilitación para dirigir o apoderar cualquier entidad, empresa o fundación dedicada al cuidado o gestión de personas ancianas o incapaces, además del pago conjunto y solidario con la Fundación San Rosendo de los 573.673 euros de las cuentas de Edelmiro Nogueira y María Vázquez Covela y sus intereses.

Por su parte la acusación particular, ejercida por el sobrino y heredero de Edelmiro y María, solicita para Benigno Moure 40 años de prisión por los mismos delitos que la Fiscalía, a los que añade falsedad en documento público y privado y reclama la indemnización por perjuicios e intereses.

En relación al notario Calatayud, independientemente de la causa de Benigno Moure, el fiscal solicita a la Audiencia Provincial la declaración de varios testigos en el proceso de instrucción "para que depuren posibles responsabilidades penales en la persona del notario".

En este caso, la acusación particular sí que considera al notario "como autor de sendos delitos de estafa y de falsedad en documento público", por los que demanda para él una pena de 14 años y cien mil euros en concepto de responsabilidad civil.

Según el escrito del fiscal, el acusado Moure Cortés convenció personalmente a María Vázquez para aparecer como autorizado en las cuentas en las que era titular su marido, "valiéndose para ello de su situación de debilidad mental y con el pretexto de ayudarla en la administración de su dinero".

De esta manera, la propuesta habría sido aceptada, al parecer, por la anciana y Moure transfirió en agosto de 1999 un total de 450.759 euros en dos operaciones de traspaso, realizadas en días consecutivos, a otra cuenta abierta a nombre de la Fundación en la sucursal del Banesto de O Carballiño.

Por otro lado, Moure dispuso de distintas cantidades de dinero tras la muerte de Edelmiro Nogueira en el año 2000 y la incapacitación legal de su esposa María Covela en 2001, pedida por el propio presidente de la fundación a la Fiscalía, además de que la convenció de vender varias de sus propiedades.