Judith Polgar contra Anatoli Karpov. Torneo de Hooneden (Holanda) en 2003. La victoria de la ajedrecista húngara sobre el ex campeón del mundo fue la partida elegida ayer para simbolizar la lucha por la igualdad de género en un ajedrez viviente organizado por la Asociación pola Igualdade Dable y el Clube de Xadrez Bueu.

El escenario fue la Praza do Concello de Bueu y los encargados de representar los peones, damas, torres, alfiles y demás 32 niños ataviados con trajes rojos y verdes representando las piezas blancas y las negras. Alba Méndez, ex campeona gallega juvenil con el Bobby Fischer y Antonio Anadón, integrante del Xadrez Bueu asumieron el papel protagonista reservado a Polgar y Karpov. Salvador Castro, directivo del club, justifica la elección de la partida por sus connotaciones simbólicas, "la mejor jugadora de la historia ganando a un ex campeón del mundo", pero también por su pragmatismo, "ya que queríamos una partida corta para no aburrir demasiado a los niños".

Aurora Cerviño, portavoz de Dable, destacó lo emotivo de acto, "ya que cada niño al `comer´ las piezas rivales lo hacía con un beso" y señaló que los organizadores regalaron a cada niño participante un libro y al resto camisetas conmemorativas.

Yudania jugó 20 simultáneas y perdió una

La cubana afincada en España Yudania Hernández, olímpica en numerosas ocasiones con los dos países, protagonizó otra de las actividades encuadradas dentro de las Segundas Xornadas de Xadrez pola Igualdade. La jugadora del Marcote de División de Honor disputó partidas simultáneas contra 20 jugadores. Los elegidos fueron cinco integrantes del equipo buenense, Diego Rivas, Jesús de la Torre, Tomás Lemos, Abel Quiroga y Adrián Carracelas, y quince niños de la escuela de entre 8 y 16 años de edad. Jesús de la Torre consiguió ganar su partida y Diego Lemos firmó tablas, mientras que el resto de tableros cayeron ante la jugadora.

Asimismo, en el acto se dio lectura a dos textos en pro de la igualdad. El primero de ellos, "no hay judíos ni cristianos, esclavos ni libres, ni hombres ni mujeres: Todos somos criaturas de Dios", procedía de la carta de San Pablo a los Gálatas. El segundo, más actual, fueron los dos primeros artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada el 10 de diciembre de 1948.