Desde que el viernes se pusieran en servicio los dos primeros tramos de la autovía de O Morrazo -un total de siete kilómetros- se registraron ya dos accidentes en el "embudo" que supone el punto de transición entre los cuatro carriles y el tramo todavía de Corredor con un solo carril para cada sentido. Ante esto, la Consellería de Infraestruturas reaccionó con celeridad. Técnicos de la obra mantuvieron ayer una reunión de urgencia con representantes del Concello y desde la Xunta anunciaron medidas inmediatas, que se adoptarán en el plazo máximo de una semana, para reducir el riesgo "de xeito que en casos de distracción dos condutores haxa elementos que devolvan a atención sobre a calzada".

Las medidas planteadas pasan por activar en esa transición un estrechamiento de los dos carriles de forma paulatina desde 100 metros antes del "embudo" para que los conductores reduzcan efectivamente la velocidad. También se marcarán los carriles con barreras de tipo New Jersey tanto en el tramo de pivotes que delimita ahora ambos sentidos de la circulación en este tramo de transición, como prolongando la barrera de hormigón actual en la curva. A mayores, está contemplado habilitar bandas transversales de alerta en la calzada que obliguen a la reducción de velocidad. La señalización vertical se reforzará, avisando de esta transición a dos carriles con más antelación e incluso aplicando en la misma el color amarillo "para que los usuarios perciban que se adentran en una zona en obras", indican los técnicos.

Algunas de esas propuestas fueron planteadas también por el Concello. El edil de Mobilidade, Ezequiel Fernández, explicó tras la reunión de ayer que en la situación actual "está claro que algo non funciona ben e téñense que adoptar medidas que reduzan os riscos nesta unión de catro a dous carrís". Valora positivamente la reacción rápida desde la Consellería "mantendo unha reunión para adoptar medidas ao día seguinte de que tivera lugar o primeiro accidente de entidade".

Desde la Xunta, no obstante, aseguran que la señalización actual de fin de autovía y cambio de calzada en la transición al área en obras se dispuso "conforme á normativa, revisada por un técnico auditor de seguridade vial".

Aseguran además que, como verificación, se realizó una prueba con un camión a 55 kilómetros por hora de velocidad, aunque en esa transición la velocidad está limitada a 40 kilómetros por hora. "Como reforzo, a pesar de que a normativa non o obriga, puxéronse luces con destellos", alegan.

De todas formas se acometerán en los próximos días estas medidas. Los detalles exactos de las mismas están por concretar con la intención de "no sobrecargar la señalización y que acabe siendo contraproducente".

En estos momentos, además de la señal amarilla que indica el final de la autovía, la velocidad permitida se va reduciendo desde 800 metros antes de la transición. Justo a esa distancia, al comienzo del viaducto de A Mó, la señalización vertical indica un límite de velocidad de 100 kilómetros por hora. Al final del viaducto la velocidad se reduce a 70 kilómetros por hora, y 100 metros antes de la transición al Corredor la limitación está ya a 40 kilómetros por hora. Es desde la salida del viaducto desde donde se empezarán a estrechar los carriles con las nuevas medidas.

Esta transición se mantendrá hasta el primer semestre de 2019, mientras se prolonguen las obras de desdoblamiento en lo que será el tercer tramo de autovía, entre la salida de Meira y la de Cangas.

Por otro lado, en este mismo tramo se acometieron ayer voladuras en el talud de O Meixueiro, con cortes de cinco minutos en la circulación. Los sismógrafos no detectaron vibraciones de entidad.