En la planta frigorífica y de elaborado de pescado Fandicosta en Domaio, trabajaban ayer con normalidad una plantilla de 170 empleados. María José Torres, una de las trabajadoras que el día del incendio estuvo en su puesto en el turno de mañana, lo hizo también ayer con el mismo horario. Trabajó con rodaja de quenlla, fletán negro y anilla de pota. "Ni en el rato del bocadillo ni en el comedor, que es donde se suelen hacer comentarios, se habló de que se cumplen dos años del incendio. Ya no se le da importancia. Pasó y punto. Es como un borrón y cuenta nueva", asegura la trabajadora, natural de Pazos de Borbén, que empezó a trabajar en el grupo Botas, que lidera el vigués Ángel Martínez Varela, en el año 92 en la anterior planta de Mos.

María José había acabado la jornada y ya estaba de regreso en su casa cuando por las redes sociales se enteró del incendio aquel 9 de mayo de 2016: "Fue una pena". Cerca de las seis de la tarde, una columna de humo anticipaba un fuego que se hizo imparabale y que generó mucha polémica por la coordinación de efectivos por parte de la Axencia Galega de Emerxencias que no movilizó a los bomberos más próximos de Vigo. Nada se pudo hacer y el fuego arrasó más de la mitad de la planta. Ardió por completo la nave A, que albergaba los tres grandes frigoríficos de 90.000 metros cúbicos de capacidad, cargados en su mayoría de langostino; y se salvaron las otras dos B y C, más pequeñas, de elaborado y con dos frigoríficos de menos capacidad.

En la nave A ardieron también las oficinas y la cafetería que regentaba Manuel Lusquiños, de Soutomaior, y que sigue a la espera de poder reabrir el servicio en donde vendía bocadillos y bebidas. Ayer se mostraba confiado en que pronto pueda volver. El día del incendio, a Lusquiños le saltaban las lágrimas: "Aquello fue muy fuerte. Con las primeras llamas salimos de la nave hacia la carretera y ya no pudimos volver".

Torres regresó desde su casa a Domaio cuando se enteró del incendio: "Siempre tuvimos la esperanza de que la reconstrucción sería rápida. Nos lo dijo nuestro jefe, que iba a seguir. No puede vivir sin esto y es de agradecer el esfuerzo".