"Tienen una pinta buenísima. Podemos empezar ya?", preguntaban a los alumnos del centro de formación profesional Manuel Antonio los primeros visitantes de la campaña "Degusta Europa", en la que se pueden degustar platos inspirados en Francia, Inglaterra, Holanda, Dinamarca o Noruega, países europeos con los que la Diputación comparte algún proyecto. Y parece claro que algunas réplicas no desmerecen de los originales, porque apenas tuvieron tiempo la presidenta de la Diputación y al alcalde de Cangas a demandar con su presencia en la planta superior de la plaza de abastos el despliegue de platos para que una multitud se entregara al arte de la buena gastronomía: " steak and kidney pie (pastel de vacuno y riñones sobre volován)", " ratatouille (guiso de hortalizas)", " erwtensoep (guiso de chícharos y cárnicos) montado en vaso de chopo e espetada", bizcocho borracho con crema, enrejados de manzana y cabello de ángel, tosta de salmón y, probablemente el más celebrado, fiskefrikadeller, albóndigas de bacalao montado en hamburguesa, que fue visto y no visto.

Carmela Silva dio por cumplidos los tres objetivos de la Diputación con esta campaña: conmemorar el Día de Europa, promocionar los mercados de proximidad con productos de la tierra y del mar y acercar a la población el trabajo formativo "de excelencia e calidade" que se imparte en centros de formación profesional como el Manuel Antonio o el Carlos Oroza.

Xosé Manuel Pazos incidió en la "trascendencia económica e social" de las plazas de abastos, que en Cangas cobra especial relevancia con el comercio de productos tradicionales, y además de agradecer el apoyo de la institución provincial, no pasó por alto "o bos que están estes pinchos". La concejala Ánxela Vizoso abundó en el papel del mercado de abastos como "espazo de dinamización" y atracción de las nuevas generaciones.