Bueu saldó ayer de alguna manera una deuda histórica con una de sus vecinas, María Mundín García, conocida como"A Mundina" o "A Mondina". En abril de 1932 recibió la medalla de mérito al trabajo en su categoría de bronce, una distinción que concedía el Ministerio de Trabajo y para la que fue propuesta por importantes representantes del sector comercial de Vigo. Aquella entrega contó con reconocidas personalidades del momento y se celebró en el salón de plenos del ayuntamiento de Bueu. Según la crónica de la época de FARO fue un acto "sencillísimo, sin propaganda ni pompa oficial. Obscuro y silencioso como la perseverante labor de la Mondina". El de ayer fue radicalmente diferente:celebrado a pocos metros del Concello de Bueu, al aire libre y a plena luz del día para que el ejemplo de aquella incansable mujer sirva de inspiración y guía.

Con el reconocimiento de ayer a María Mundín el ayuntamiento inaugura la lista de homenajes que quiere celebrar cada 1 de mayo, con motivo del Día Internacional del Trabajo, para "honrar la memoria de las personas trabajadoras de Bueu". El lugar escogido no fue en absoluto casual: la manzana Massó, donde en su día estaba la antigua fábrica conservera de Massó Hermanos y cuya mano de obra era fundamentalmente femenina. Entre los presentes estaban algunos de los descendientes de A Mondina, tanto los que viven en la comarca como aquellos que nacieron en la emigración. Es el caso de su bisnieto Eduardo Manuel Lemos Mundín, que nació en Buenos Aires, a donde había emigrado su madre, que era nieta de A Mundina. Eduardo Manuel y sus hijos intentando conocer mejor sus orígenes gallegos descubrieron la historia de esta mujer, una recadera o demandera dotada de una prodigiosa memoria para cumplir con lealtad y fidelidad los encargos que le realizaban los comerciantes de la época. Para ello, durante 53 años iba caminando hasta Cangas y luego en barco a Vigo, una travesía que realizó "más de diez mil veces", según la prensa de la época.

Un emocionado Eduardo Manuel Lemos tomó la palabra delante del lugar en el que se colocó la placa y una imagen de A Mondina. "Quiero agradecer la colaboración de todas las personas que lograron sacar de las tinieblas el recuerdo de A Mundina y hoy ponerlo a la luz de todos", manifestó apoyado en el alcalde de Bueu, Félix Juncal. El bisnieto de A Mundina quiso que el acto de ayer sirviese para "homenajear a todas las mujeres de Galicia, en especial a las de Bueu, porque son las verdaderas heroínas de la vida".

Aprovechó la ocasión para traer a Bueu un objeto especial que perteneció a su bisabuela: un escapulario que entregó a su madre y que la familia conserva de generación en generación como un auténtico tesoro, que depositó brevemente sobre la placa descubierta ayer. Una de sus hijas también quiso leer unas palabras y agradecer la oportunidad de visibilizar el ejemplo y el trabajo de su antepasada.

"Ella fue todo en nuestra vida, una guía de cómo teníamos que proceder para honrar su memoria con lealtad, esfuerzo y trabajo. Por eso hoy estamos acá, hemos cumplido con ello y seguimos el mismo camino que ella nos trazó", explicaba al concluir el acto su bisnieto. La historia de A Mundina caló hondo en uno de los hijos de Eduardo Manuel, que es profesor en la Universidad de Upsala, en Suecia. En uno de sus viajes decidió venir a Bueu a conocer su historia. "Me impulsó a venir: 'Tienes que venir padre porque acá está todo lo nuestro', me dijo. Viajé hasta Santiago, alquilé un coche y vine manejando yo solo hasta Bueu toda la ruta. Cuando llegué a Pontevedra y vi la ría me temblaban las piernas, se me llenaron los ojos de lágrimas. Era como si nunca me hubiese ido de esta tierra, la sentí como propia. Comprendí lo que me decían mi padre y mi madre y ya no me pude despegar de aquí. Sigo buscando paulatina y despaciosamente mi historia", contaba ayer con lágrimas en los ojos Eduardo Manuel Lemos.

Durante el acto de ayer intervinieron el alcalde, Félix Juncal, y el concejal de Cultura, Xosé Leal, que mostraron la intención del Concello de dar continuidad cada 1 de mayo a este tipo de reconocimientos. "Este día é de reivindicación, pero tamén de recordo e para rescatar a memoria. Un pobo é pobo por manter viva a súa memoria", aseguró durante su discurso Leal, que resaltó el simbolismo que conlleva que la primera persona homenajeada sea precisamente una mujer.