La empresa constructora del tercer y último subtramo de la autovía de O Morrazo -la UTE formada por Covsa y Taboada y Ramos- comenzó ayer las voladuras en el gran talud de O Meixueiro, para el cual se había construido un desvío de 700 metros de largo con la intención de ejecutar las explosiones en seguridad. Aunque estaban previstas dos voladuras, finalmente solo fue necesaria la fijada para las 15.00 horas.

Se trata de la primera carga de dinamita en un talud que sumaba 400 metros de largo y 50 metros de alto. Se produjo tras más de dos semanas trabajando con excavadoras para retirar el material más blando de este desnivel. Las explosiones se ejecutarán, según las previsiones iniciales, durante los próximos meses. Se prolongarían entre cuatro y seis.

La explosión de ayer implicó un corte de la circulación en el desvío de apenas cinco minutos y solo durante la detonación, pues gracias al desvío no se desprendió material sobre la calzada en funcionamiento.

Para minimizar el impacto a las viviendas cercanas y al depósito de agua, los técnicos instalaron dos sismógrafos que midieron las vibraciones. Los vecinos que residen más cerca de O Meixueiro también mostraron en las últimas semanas preocupación por cómo estas voladuras podrían afectar a sus viviendas. Mantuvieron incluso una reunión con responsables de la empresa constructora.

Residentes en la zona confirmaron que la detonación de ayer fue muy suave, notándose temblores muy pequeños en el entorno del talud.

Las obras del Corredor avanzan hoy en su primer tramo, que entrará en servicio en mayo, y lo harán con la prueba de carga, a primera hora de la tarde, del viaducto que conectará esta carretera con el acceso al puente de Rande.

Se emplearán ocho camiones de tres ejes para cada uno de los vanos, con un peso de 27 toneladas cada camión. El comportamiento de la estructura ante el peso se comprobará durante 45 minutos en cada vano.