Los vecinos del centro de Bueu se llevaron a primera hora de la tarde de ayer un buen susto. En un banco situado en la Avenida Montero Ríos comenzó a formarse una gran "pelota" con cientos de abejas, que se posaron en la parte inferior del asiento. Su presencia obligó a que la Policía Local acordonase la zona y a que desde el 112 se avisase a los representantes en O Morrazo de la Asociación Galega de Apicultura (AGA), uno de cuyos miembros se encargó de retirar las abejas sin mayores problemas.

El enjambre que se posó ayer en este banco estaba compuesto por una nueva colonia de abejas de miel -nada que ver con la avispa velutina-, con un abeja reina joven y sin fecundar. Los apicultores están convencidos de que proceden de un edificio de la cercana calle Pazos Fontenla, donde no se podía actuar, y señalan que se trataba de una colonia relativamente pequeña. "Podría estar formada por unos 1.000 o 1.500 individuos", apuntan.

Una vez que se recibió el aviso por parte del 112 un apicultor de Coiro se desplazó a Bueu para retirar sin peligro a las abejas, que habían elegido como nuevo hogar un banco situado en las inmediaciones de la intersección entre Montero Ríos y la calle Eduardo Vincenti, justo frente a la plaza de abastos. El apicultor, vestido con el traje de protección, se encargó de recogerlas con cuadros de cera y llevarlas a una caja vacía a modo de colmena. "Habitualmente cuando retiras el primer grupo el resto de las abejas ya van detrás", explican.

El trabajo, sin embargo, no concluye con la retirada de los individuos que estaban en el banco, sino que hay que esperar al resto del enjambre. Por ello los apicultores dejaron al lado del banco la caja semiabierta hasta la noche para que el resto de las abejas que no estaban en la zona se pudiesen recoger con sus compañeras.

La presencia de esta colonia de abejas y la maniobra para su retirada levantó gran expectación entre los vecinos de la zona, donde hay numerosos comercios. La Policía Local de Bueu mantuvo acordonada la zona por seguridad y para evirar que alguien se acercase al banco que las abejas eligieron temporalmente como nuevo hogar.Los apicultores aprovechan lo sucedido ayer para ofrecer una serie de consejos básicos , sobre todo para recordar lo que se debe hacer y lo que no. Una de las primeras cuestiones que hay que tener en cuenta es que la posibilidad de que las abejas piquen son remotas. "Cuando se trasladan en enjambre lo hacen con una particularidad: tienen el estomágo tan lleno de miel que ni siquiera pueden sacar el aguijón", explican.

¿Qué hacer y qué no hacer nunca? Lo primero es llamar al 112 porque la Xunta y la AGA tienen un convenio por el cual los apicultores se encargan de la retirada. Y jamás se debe atacar a las abejas, espantarlas o azuzarlas con palos o una manguera. "Las abejas de miel no van a atacar a no ser que se sientan amenazadas. Cuando están en un lugar como el de ayer es sencillo y rápido retirarlas. Pero si las azuzan pueden irse a otro sitio de difícil o imposible acceso, como las cámaras de aire de aislamiento de una vivienda", advierten.