Una fortísima explosión sacudió ayer el casco histórico de Cangas cuando apenas quedaban diez minutos para las dos de la tarde. El origen de la sacudida estaba en el segundo piso de un edificio de la calle Retrama, donde por causas que aún se están investigando se registró una deflagración que destrozó parte de la fachada del inmueble, que cayó sobre la vía pública. La fortuna quiso que en el momento del suceso el inquilino del piso no se encontrase en la vivienda y que tampoco pasase nadie por la calle, por lo que afortunadamente no hubo que lamentar daños personales. El origen de la explosión es todavía una incógnita, aunque las primeras hipótesis apuntan a la posibilidad de que una vela encendida sobrecalentase un envase que contenía gas para recargar mecheros.

El inmueble en el que sucedieron los hechos es un edificio reformado en el año 2002 y que está dividido en tres plantas, cada una de las cuales se corresponde con una vivienda. La explosión se produjo en la intermedia, que era la única que en ese momento se encontraba vacía. En la superior reside una joven que por precaución fue llevada al centro de salud por haber respirado humo y en la inferior un hombre que acababa de llegar al piso. "Había dous minutos que entrara pola porta. Pasei a chave interior, deixei o teléfono móbil na mesa e de repente houbo un estruendo impresionante. A porta abateuse cara dentro e empezou a saír fume", explicaba poco después el afectado, Rafael Miranda. "Sonou como se fose unha bomba, de dentro cara fóra", añadía.

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Explosión en el centro de Cangas

El edificio en el que se registró el suceso, en pleno casco histórico de Cangas. // G. Nüñez

De inmediato se trasladaron al lugar Policía Local, Guardia Civil, Emerxencias-Protección Civil Cangas y Bombeiros do Morrazo, que se encargaron de acordonar la zona y de comprobar que no hubiese nadie más en el inmueble. Poco después llegó el vecino que reside en el piso afectado, que aseguraba no saber qué había podido ocurrir para que se registrase la explosión. La posibilidad de una fuga de gas quedó descartada de inmediato puesto que todo el inmueble se abastece con suministro eléctrico. "A instalación é nova, do ano 2002. Cumpre con toda a lexislación; casualmente eu traballei na reforma deste edificio", explicaba el propio vecino del primero junto al propietario del edificio, Segundo Torres.

Los daños en el interior del piso se limitaban a la zona en la que se produjo la explosión y el arquitecto municipal del Concello de Cangas comprobó in situ que no había daños estructurales. La onda expansiva provocó que la cristalera y toda la estructura de la galería que da hacia la calle Retrama cayese sobre la vía pública. "A sorte foi que nese momento non pasaba ninguén por debaixo. Apenas uns instantes antes pasaron por aí dous clientes que acababan de entrar no meu local", contaba David Álvarez, de la Tapería O Pelao.

Poco después de las tres de la tarde se permitió a los inquilinos acceder momentáneamente al interior para retirar algunos enseres antes de proceder al precinto del inmueble a la espera de que sea inspeccionado por equipos especializados de la Guardia Civil.