Cada día miles de personas usan el servicio de transporte de ría entre O Morrazo y Vigo. Ese número de usuarios se dispara durante las épocas de vacaciones y en los viajes a las islas Cíes. Una realidad que debería ser tenida en cuenta para convertir este medio de transporte en lo que se denomina un "área cardioprotegida". Esto es, que los barcos cuenten a bordo con un desfibrilador y que la tripulación tenga una serie de nociones básicas para hacer una maniobra de recuperación o resucitación y saber usar este dispositivo. "Con una reanimación de calidad y un desfibrilador el 80% de las paradas cardíacas repentinas podrían revertirse en un minuto", ilustran técnicos en tranporte sanitario.

Profesionales del sector urgen la incorporación de estos medios al transporte de ría, ya que cumple con todos los requisitos que fijan las sociedades científicas internacionales. "Todas coinciden en que deben ser áreas cardioprotegidas los lugares con grandes aglomeraciones de público o con mucho tránsito de personas. Esto incluye a grandes áreas comerciales, de ocio o deportivas; grandes empresas, aeropuertos, estaciones de tren o de barco...", explica Óscar Graña, técnico en urgencias sanitarias en O Morrazo y experto en reanimación y desfibrilación cardíaca. La presencia de los desfibriladores en aeropuertos, estaciones de tren y de bus comienza a ser algo habitual, pero desde el sector lamentan que la implementación en él ámbito marítimo es prácticamente "anecdótica". "Tan solo se conocen algunas iniciativas puntuales y privadas en buques de pesca de la flota gallega en las Malvinas", explican.

¿Cómo se convierte un servicio básico para la ciudadanía de O Morrazo, como es el transporte de ría, en un área cardioprotegida? Los técnicos explican que básicamente se trata de dos pasos: dotar a las embarcaciones de desfibriladores y formar a la tripulación con un curso básico de 4,5 horas que puede realizar cualquier persona mayor de 18 años. "El coste del aparato es de unos 1.500 euros y las empresas tienen facilidades para formar a sus empleados. Estamos hablando de un coste perfectamente asumible en sociedades como la nuestra", explica Óscar Graña. La disponibilidad de estos medios a bordo no garantiza al cien por cien una actuación con éxito ante un caso como el que se vivió recientemente, con el fallecimiento de un hombre en el trayecto entre Vigo y Cangas. Pero sí puede ser decisiva en un elevado porcentaje de casos.

¿Cuál es la diferencia entre disponer de estos medios o no contar con ellos? En la comunidad médica y científica la unanimidad es absoluta: lo que pase en los primeros minutos es fundamental y puede ser la diferencia entre sobrevivir o no. O entre hacerlo con secuelas o sin ellas. "Para explicarlo de manera sencilla, una parada cardíaca es una situación en la que el corazón de una persona comienza a contraerse y dilatarse de manera rápida y desorganizada. Esto impide que pueda bombear la sangre a todo el organismo, en especial al cerebro y al propio corazón", explican técnicos de urgencias.

Por ello en este tipo de situaciones es crucial oxigenar el cerebro y el corazón, algo que consigue con un correcto masaje cardíaco y un desfibrilador. "Los barcos entre O Morrazo y Vigo tardan unos 20 minutos en realizar el trayecto, aunque en una situación de emergencia ese tiempo se puede reducir. Está demostrado que en un caso de parada cardíaca es fundamental la primera reacción de las personas que están alrededor del paciente. Puede marcar la diferencia porque a lo mejor cuando los servicios de emergencia y sanitarios lleguen al lugar ya no hay nada que hacer", advierten.