Armado con paraguas y ropa de aguas rondó el Coro San José a los Pepes y a las Pepas la madrugada del domingo en Cangas. La lluvia se había detenido durante la tarde y, cuando ya se preparaba Cangas para la famosa ronda del Coro San José, volvió a hacer acto de presencia. Pero este elemento no fue excusa para que cientos de personas se echaran a la calle a ver la presentación habitual que hace el coro, que dirige magistralmente Tucho Perete, en la Praza do Arco. Once músicos y 40 voces desafiaron al tiempo para convertir esta tradición en algo muy especial, distinto, que atrae ya a gentes de otros lugares. Las concejalías de Cultura y de Turismo se deberían a empezar a ocupar, que no entrometer, de este evento para que se perpetúe en el tiempo.

El Coro San José se presentó en la Praza do Arco a golpe de Alborada de Leocavallo. Allí sus hombres y mujeres mostraron a Cangas su destreza vocal y musical, su amor por esta tradición que supera las inclemencias del tiempo. La actuación de la Praza do Arco no dio tiempo a que lloviera, aunque todo el mundo vino preparado, por si acaso. Ya en el restaurante Macillos, segunda estación de esta particular Semana Santa, se cantó y se cantó bien, pero el descanso fue mayor que el habitual. Todo el coro entró en el restaurante para cantar, para degustar la buena cocina de su dueña Josefa y para resguardarse de la lluvia, que había regresado con fuerza. También pasó lo mismo en tercera parada: la Taberna de O Xefe. Entre aguacero y aguacero en coro se desplazó por el casco vello hasta las 03.45 horas y le dio tiempo a actuar en tres domicilios particulares. Tucho Perete destaca el éxito que tuvo la adaptación de la canción de G. Harrinson, "Something", aunque la italiana "Quando, Quando" también quebró voces de entre el público.