El puente de Rande es uno de los puntos de la AP-9 que soporta una mayor densidad de tráfico. En 2016 cada día circulaban de media por el viaducto más de 56.300 vehículos, una demanda que solo supera el acceso a Vigo, que recoge también el tráfico procedente de los túneles de A Madroa. Las mediciones realizadas por Fomento en ese tramo arrojan una media de casi 61.500 vehículos por jornada. Son datos muy elevados que solo superan, por ejemplo, el acceso de la autovía A-55 a la ciudad, con unos 63.000 vehículos; o la Avenida Alcalde Alfonso Molina, en A Coruña, que arroja datos bastante superiores. La AP-9 es además una de las autopista de peaje estatal con mayor demanda de España. En 2017 la usaron de media -teniendo en cuenta todo su recorrido, desde Ferrol a la frontera con Portugal- 23.500 usuarios. Mientras duren los trabajos en Rande, ese flujo de la AP-9 tendrá que canalizarse a través de un único carril. El otro que está habilitado, en las "alas" exteriores, se destina solo a O Morrazo.

Los desvíos de tráfico ya ocasionaron ayer malestar en Moaña, que ha decidido remitir a Fomento las quejas que presenten los usuarios de la autopista.

El Congreso también aprobó ayer -con la abstención del PP- reclamar al Gobierno que no privatice las autopistas de peaje rescatadas. En el debate se señaló a la AP-9 como un "negocio suculento" por sus altos beneficios.