Cuando el párroco José Luis Muñiz se hizo cargo, en 2013, de las feligresías de Moaña y de Tirán, se encontró con dos iglesias que necesitaban obras. Consiguió acabar uno de los dos campanarios de la iglesia del Carmen e inició una recaudación vecinal para acometer la rehabilitación profunda del templo de San Xoán de Tirán. Ayer, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ofició la misa para consagrar el nuevo altar de piedra de esta iglesia parroquial de Tirán e inaugurar las obras de mejora que pusieron al descubierto una puerta medieval, oculta a la vista, pero en la memoria de muchos feligreses. La puerta había quedado tapiada desde el exterior por el añadido, de época más reciente a la iglesia románica, de la denominada "casa da fábrica". Desde el interior estaba oculta por una imagen con peana.

Feligreses y vecinos ya pueden ahora ver la puerta desde el interior, aunque desde el exterior, solo en parte porque se ha conservado ese anexo y únicamente ha quedado al descubierto su arquivolta protegida por una placa de metacrilato, que ha levantado algunas críticas . El anexo de la "casa da fábrica" se ha rehabilitado, dividido en dos compartimentos por una placa de madera. El primero tiene puerta al exterior, como antes, para seguir utilizando el espacio como almacén; y el segundo, con el mismo ancho de la puerta recuperada, para admirar sus elementos arquitectónicos desde el interior y a través de la plancha de metacrilato en su cubierta.

Con o sin polemica, gracias a estas obras y a la colaboración de los historiadores locales Jacinto García y Manuel Uxío García, se ha recuperado una puerta oculta.