Los artefactos que al estilo de las conocidas como "pexas" o "trancas" de madera vuelven a los montes de la comarca. En este caso, no eran artefactos de madera, pero el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil liberó esta semana a un caballo que se encontraba en el monte y que tenía las patas atadas con una cuerda.

Los hechos ocurrieron el pasado martes cuando se recibe en el Centro Operativo Complejo de la Comandancia de la Guardia Civil una alerta a través del teléfono 062, informando de un caballo que se encontraba con las patas atadas, en un paraje del barrio de Postemirón, en el municipio de Vilaboa.

Desde Cangas

La incidencia fue inmediatamente atendida por la patrulla del Seprona de Cangas que al llegar a la zona se encontró con un caballo en un paraje próximo a la carretera, que tenía atadas con una cuerda las dos patas derechas, que le impedía considerablemente la libertad de movimientos.

Con las precauciones que requieren este tipo de actuaciones, los efectivos del Seprona consiguieron acercarse al animal y liberarlo de sus ataduras, al mismo tiempo que pudieron comprobar que carecía del correspondiente chip de identificación.

Sin perjuicio de realizar las correspondientes indagaciones para identificar y localizar al propietario del caballo, la patrulla del Seprona, formuló la correspondiente acta denuncia administrativa que se remitió a los Servicios de Ganadería de la Xunta de Galicia.

Posible delito

Cabe recordar que la instalación de este tipo de artefactos en caballos (tanto estas cuerdas como las denominadas "trancas" o "pexas") puede estar considerado como un delito de matrato animal y ya en 2013 los juzgados pontevedreses impusieron las primeras penas de prisión por este tipo de comportamiento.

Este tipo de artefactos no solo provocan un gran sufrimiento al animal sino que lo dejan indefenso para huir del ataque de alimañas o de los incendios forestales.