El naufragio del "Vizcaya II" pone en evidencia la acumulación de trabajo que ese día tenía el barco de prácticos y el problema de seguridad al coexistir las actividades pesqueras y de practicaje marítimo en un mismo espacio. Según el informe del CIAIM, esa misma mañana, entre las 10:00 y las 13:00 horas, el buque de prácticos tuvo que dar servicio a seis embarcaciones. "Esta acumulación de trabajo hizo que estuviera toda la mañana navegando, con paradas esporádicas, para atender los diversos servicios y trasladar a los prácticos". De ello se deduce -señala el informe- que los servicios de practicaje estaban planificados sin margen para incidencias, de manera que cualquier retraso en uno de los ellos se iría trasladando a los restantes, lo que "suponía una presión sobre la embarcación Vigoprácticos" para no retrasarse y cumplir con la programación".

Para determinar los efectos de las olas que generó la embarcación, la empresa realizó una simulación a velocidades entre 13 y 19 nudos. La ola generada fue de algo más de un metro. Se apreció que la embarcación no tuvo problemas para superar el oleaje, aunque las pruebas se realizaron en buenas condiciones meteorológicas y un oleaje inferior al día del accidente, cuando había mar de fondo y olas de dos metros. De haber navegado a menor velocidad y a más distancia, la posibilidad de embarque de agua se hubiera reducido.