El Arzobispado de Santiago de Compostela encargó un proyecto para la reforma de la ruinosa casa rectoral de Cangas, ubicada en la calle Real por la que clamaban los vecinos, ante el cada vez más evidente peligro de que los puntales de hierro, instalados ya hace siete años, cedieran,

La Iglesia encargó el proyecto a un arquitecto local, vecino de Coiro, Manuel Pena, que concibió la restauración para uso comunitario. Según la ficha del Plan de Reforma Integral (PEPRI) del Casco Vello, el inmueble es de máxima protección y obliga a conservar las dos fachadas, además figura de uso socio-cultural. El inmueble, sin embargo, aparece en el Catastro para uso de ocio y hostelería, sorprendentemente. El proyecto describe la limpieza y consolidación de las dos fachadas, la principal, que da a la calle Real, y la trasera. que da a la calle Félix Soage. Se añade una planta más (la actual es bajo y una planta) y el aprovechamiento bajo cubierta, sin salirse de la normativa del PEPRI.

El proyecto plantea la casa rectoral para utilización sociocomunitaria, que será compartido por las cofradías de Semana Santa y la Iglesia. Se plantea una planta baja noble, tipo vestíbulo, desde la calle Real a un muro intern, se reformará la escalera interior, que ascenderá a una segunda planta, que se destina a las reuniones de cofradías de Semana Santa, para situar en la parte trasera un despacho parroquial. Está previsto que el bajo cubierta sea utilizado para reuniones parroquiales y celebración de catequesis. En este inmueble es precisamente donde antes las cofradías de Semana Santa guardaban sus imágenes.

En la actualidad, de la casa rectoral solo queda la muy dañada fachada principal, la trasera, ambas de piedra, una escalera interior que une el bajo con la primera planta y parte de una chimenea.

Ya se pidieron varios presupuestos a empresas constructoras, pero parece que la reforma que se pretende llevar a cabo no se hace por menos de 300.000 euros. El proyecto ya está terminado y ahora tiene que ser el Arzobispado de Santiago de Compostela el que otorgue el visto bueno. No hay que olvidar que la Iglesia está advertida de sanción si mantiene la casa rectoral en el estado de ruina que presenta, al tratarse de un bien inmuble protegido en el PEPRI. Además el riesgo de que los puntales, oxidados por el paso del tiempo, ya no aguanten mucho tiempo más de la fachada que da a la calle Real es algo que muchos vecinos temen. La calle Real es una calle peatonal muy transitada.

El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos (ACE) sabe de la existencia del proyecto, de ahí que haya frenado en sus intenciones. Pero no va a esperar mucho el gobierno local, que está destinando gran parte del dinero del Plan de Concellos de la Diputación de Pontevedra a reformar las calles del casco vello de Cangas.