Los efectivos el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de O Morrazo tuvieron que acudir en la noche del miércoles a una vivienda en Moaña, en concreto en el barrio de A Moca, a consecuencia de un pequeño incendio que se declaró en un radiador encendido en la planta baja, justo cuando caía una fuerte tormenta con aparato eléctrico. Por esta razón, sus propietarios atribuyeron el fuego a la caída de un rayo.

En el boletín de la Axencia galega de Emerxencias confirman que fue un rayo que cayó sobre la vivienda, aunque los profesionales en extinción tienen serias dudas debido a cómo comenzó el fuego y el rastro que dejó por la pared. De haber sido un rayo que entrara por la instalación eléctrica, toda hubiera reventado.

Según la información facilitada al 112, el incendio se produjo poco después de las diez de la noche. El fuego afectó a un radiador y parte de la tarima flotante, lo que provocó una intensa humareda que invadió toda la vivienda. Por eso, los agentes de la Policía Local, que fueron los primeros en llegar al domicilio, solicitaron al personal del Centro Integrado de Atención a las Emergencias (CIAE) 112 Galicia la intervención de los bomberos.

Por fortuna, nadie resultó afectado y una vez sofocado el fuego y ventilada la vivienda, los bomberos volvieron a su base.

En el momento de producirse el incendio, la familia -integrada por un matrimonio y su hija de edad adulta, estaban cenando en la primera planta de la vivienda cuando empezaron a oler a humor. Fue cuando se percataron de que se había incendiado el radiador y que las llamas habían alcanzado el suelo de madera.

Gracias al olor a quemado se pudieron dar cuenta del incendio y avisar de forma inmediata a la Policía Local que trasladó la emergencia al 112.

Los bomberos tardaron poco tiempo en llegar a la vivienda y el fuego fue fácilmente controlable. De llegar a ocurrir cuando la familia estaba durmiendo hubiera resultado un serio peligro.

Nadie de la familia quiso ayer hacer declaraciones sobre lo sucedido.