Las fuerzas del orden han intensificado la vigilancia contra el furtivismo de marisco en Moaña después de que el pasado jueves fueran localizados cuatro vecinos de Poio apoderándose de almejas en la playa de A Guía, en Meira. La identificación de estas cuatro personas se produjo dos semanas después de que en Vilaboa fueran identificadas también otras tres personas, procedentes del poblado gitano de O Vao, en una operación conjunta de la Guardia Civil, vigilante sde la Cofradía de Santa Cristina de Cobres y Policía Autonómica. En este servicio se les incautó el coche que llevaban como medida disuasoria para poner freno a este furtivismo que se ha repetido en Domaio.

Las personas identificadas este pasado jueves estaban robando el marisco por la noche y cuando fueron "pilladas" ya tenían dos capachos llenos de almeja. Se trata de una mujer y tres hombres, con edades por debajo de los 30 años y reincidentes en este tipo de hecho delictivo. Como dos de ellos estaban indocumentados, hubo que trasladarles hasta las dependencias de la Guardia Civil de Moaña para proceder a su identificación e iniciar la tramitación con la pertinente denuncia.

Hay que recordar que la conselleira do Mar, Rosa Quintana, reclamó este pasado verano ante el Ministerio Fiscal unas sanciones más duras para frenar esta lacra del furtivismo en las costas gallegas. En concreto, la responsable de la política pesquera gallega pedía a la Fiscalía que se adopten "medidas disuasorias" que eviten que esta práctica siga siendo una problema para la comunidad y que las multas sean más altas equiparándose al menos al daño causado.

Para estas pasadas Navidades, la ría de Vigo se había blindado con 26 guardapescas por parte de la cofradías para controlar el furtivismo, aunque los infractores estudian las zonas en donde pueden trabajar hata el punto que llegan a alquilar inmuebles cerca de las playas desde donde poder controlar la hora para bajar sin riesgo a ser descubiertos.

De todas, el control es cada vez mayor debido al esfuerzo de vigilancia de los sectores productivos que organizan turnos, entre los propios mariscacores o trabajadores de las cofradías, para controlar los bancos, sobre todo durante las noches.

Moaña es una de las cofradías más castigadas por el furtivismo en los últimos meses, de ahí que desde el pósito se hubiera gestionado el incremento de medidas de vigilancia de sus playas, que están dando grandes resultados.