El sector mejillonero de la comarca, uno de los más importantes para la economía local, se encuentra en estos momentos en plena campaña de Navidad, la más destacada del año. Los productores de mejillón llegaron a diciembre con todos los polígonos abiertos. En Aldán, el último sector que quedaba cerrado por la toxina -el Cangas B- abrió el 1 de diciembre. En la ría de Pontevedra fueron abriendo todos los viveros ubicados frente a Bueu desde mediados de noviembre. Finalmente, en la ría de Vigo los dos polígonos que no aún no tenían la autorización del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), vieron como remitía la presencia de toxina a comienzos de mes. Ambos se ubican frente a las costas de Liméns y de Nerga, en O Hío. Se trata del polígono Cangas F, reabierto el 5 de diciembre y del Cangas G, en el que se puede retirar producto y ponerlo a la venta desde el 8 de diciembre.

En esta situación de alivio, los productores con su base en los muelles de Moaña y Domaio apuran estos días la descarga de bivalvo para aprovechar los precios del mercado navideño. Ayer por la mañana, en la dársena de A Mosqueira, los productores aludieron, sobre todo, a la calidad y el tamaño del producto que están poniendo a la venta. En una embarcación que descarga molusco para fábrica destinado a conservas explican que el 30% del peso del mejillón descargado se corresponde con la carne, bastante por encima del tamaño habitual. Esto está repercutiendo positivamente en los precios, que para fábrica se sitúan esta semana en 0,75 euros por kilo. Recuerdan que en verano, durante el momento de precios más bajos del año, llegaron a vender producto por solo 0,45 euros por kilo.

De todas formas, los bateeiros señalan que a diferencia de otros mariscos como el percebe, los precios del mejillón no suelen sufrir repuntes muy altos en los días previos a las fechas navideñas. "Adoitan estar máis fixados por unhas táboas en función do seu tamaño, aínda que é certo que a demanda tamén axuda", explican.

Por otro lado, los productores de mejillón para exportar a Italia están vendiendo el producto estos días a una media de 0,65 euros por kilo, un precio bueno. Además, el mejillón de mayor tamaño se descarga para venderlo fresco en el mercado nacional y su precio se estima en una media de 0,90 euros por kilo.

Desde un balandro que descargaba producto para la venta en fresco, explicaban que este año los cierres por toxina fueron muy inferiores a los de ejercicios anteriores. Apenas los sectores frente a Liméns se vieron más afectados. Esto ayudó a mantener unos buenos precios, pues en otros años se abren los polígonos en diciembre y los productores saturan el mercado para darle salida a todo el mejillón apto para la venta. Eso sí, en su contra juega en esta ocasión el hecho de que los días 24 y 31 de diciembre cuadren en domingo, pues no abren las plazas de abastos y pierden una jornada clave para la extracción de producto y su venta.

Un año excepcional

Este año está resultando excepcional para los bateeiros de Bueu. Tanto que algunos de los más veteranos aseguran sin asomo de duda que "es el mejor en las últimas tres décadas". Ese balance está influido tanto porque este año la toxina les ha permitido trabajar más meses de lo que es habitual como por la extraordinaria calidad del molusco. "Estamos hablando de rendimientos superiores al 30%, lo que es una auténtica barbaridad porque lo habitual son valores de algo más del 20%", explicaban ayer otros profesionales a pie de muelle. Esto además contrasta con lo que sucedía hace unos meses, cuando durante la anterior cosecha se perdieron importantes cantidades de mejillón debido a que se desprendió de las cuerdas. En algunos casos las pérdidas llegaron hasta el 50%. "Aunque estamos en el mar no deja de ser un cultivo y estas cosas a veces ocurren", apuntan algunos veteranos.

Estos días la actividad es frenética en el puerto buenense, trabajando incluso domingos y festivos, como sucedió durante el reciente puente de la Constitución y la Inmaculada, para atender a los pedidos. Incluso el domingo 10 de diciembre, justo antes de que llegase la borrasca "Ana" los bateeiros fueron al mar por la mañana para descargar más mercancía.

Hasta hace unos días la producción se repartía entre el mercado de fresco y la industria, aunque desde esta semana caso todo lo que se vende es para fresco puesto que las fábricas cierran hasta pasadas las fechas navideñas. La mayoría se destina para el mercado gallego y para el resto de España. Los bateeiros de Bueu esperan poder trabajar al menos hasta mediados de marzo, aunque algunos se quedarán sin producción en las cuerdas mucho antes.