Una espectacular fuga de agua por una rotura en la línea de abastecimiento que discurre bajo una acera del final de la céntrica calle Concepción Arenal de Moaña inundó en pocos minutos la salida de este vial y parte de la rotonda de Salitre. La fuga arrancó sobre las 18.45 horas de ayer. El paso del agua por la zona fue cortada por Aqualia alrededor de las 19.30 horas, cuando dejó de brotar líquido hacia la calzada. Como consecuencia de la avería, buena parte de los vecinos del centro urbano, sobre todo en el barrio residencial de O Rosal, se quedaron sin agua a última hora de la tarde de ayer.

Anoche, operarios de la empresa concesionaria trabajaban para corregir la rotura y restablecer el servicio con normalidad. Al cierre de la edición en O Rosal todavía no había suministro de agua, tras más de cuatro horas sin servicio

A la espera de que Aqualia determine las causas y la gravedad de la avería, desde el Concello apuntan como posible explicación a un desgaste de la traída general en ese punto, más allá de algún problema particular contra ese tramo de la traída.

Hasta la zona se tuvieron que desplazar efectivos de la Policía Local de Moaña. Aunque el agua llegaba a los coches por la mitad de las ruedas, no fue necesario cortar el tráfico hasta que llegaron los operarios de Aqualia.

En ese momento sí que se impidió el paso al tráfico rodado durante unos 15 minutos como máximo, generándose una pequeña retención en el centro.

La cantidad de agua perdida durante estos 40 minutos de fuga, en una situación de crisis de recursos hídricos como la actual, todavía se desconoce.

Eso sí, el agua afectó directamente a los vecinos del entorno. Varios comercios situados en la acera en la que se produjo la rotura vieron como el agua entraba por sus puertas y sus responsables tuvieron que acudir con escobas y fregonas a evitar la inundación de sus negocios.

Desde el PP de Moaña atribuyeron ayer lo ocurrido a una "deixadez" en el mantenimiento de las canalizaciones de abastecimiento de agua. El concejal Jorge Santomé aseguro ayer que desde hace meses un tramo de tubería en Concepción Arenal estaba tapado por una plancha metálica, tras una actuación anterior. Entiende que la presión de los coches que pasan sobre este punto puede explicar esta avería.

Este tipo de fugas se suceden en los últimos años en la villa. En la Avenida da Xunqueira se registró una hace no mucho tiempo. En Quintela también se detectaron casos, en donde las canalizaciones de la traída son más antiguas.

En abril de 2016 la fuga se produjo en plena carretera general (PO-551) a la altura de Domaio, obligando a cortar un carril durante ocho horas.

Situación en Vigo

El agua de Vigo es potable. Lo dice el Concello, enarbolando los datos recogidos por Aqualia, y lo confirma la Xunta, que incide en cualquier caso en su "baja calidad". Un día después de que Sanidade anunciase que los niveles de hierro detectados en algunos puntos de la red de abastecimiento superaban los niveles permitidos, el alcalde, Abel Caballero, recalcó ayer que el suministro es apto para el consumo. "El agua de Vigo es potable al 100% y no ha dejado de serlo en ningún momento. Los que siembran dudas, tendrán que decir por qué lo hacen", insistió el regidor tras apuntar que "los análisis que realiza alguna otra institución no son adecuados". Y sin querer entrar en más valoraciones por el momento, concluyó: "Lo que está pasando no es una casualidad".

El primer edil garantiza que las analíticas de Aqualia corroboran que el agua de Vigo se puede beber y recordó que la concesionaria renueva sus controles cada cuatro horas. "Se cumplen todos los parámetros del ordenamiento. Desde que soy alcalde, el suministro fue siempre potable y en este momento lo sigue siendo", remarcó.

La potabilidad del agua de la ciudad también la constató ayer Sanidade. Por segunda vez en solo cinco días, la consellería informó de que los valores detectados en el suministro de Vigo se mueven en la horquilla de lo permitido tan solo 24 horas después de asegurar que, en algunos puntos, sí excedían esas "líneas rojas" a partir de las que se desaconseja el consumo.

El viernes Sanidade hizo público que los niveles de hierro superaban en Canido los 600 microgramos por litro (mg/l), el tope autorizado. Antes de desaconsejar el consumo necesitaba sin embargo contrastarlo con otra prueba de Aqualia. Las conclusiones de ese segundo análisis las trasladó Sanidade el sábado y arrojaban un nivel de 559 mg/l, por debajo por lo tanto de la "línea roja". El lunes la consellería volvía a comunicar sin embargo que dos muestras tomadas por sus técnicos en Valladares y Sanjurjo Badía mostraban valores de hierro por encima de 600 mg/l. Para salir de dudas, la Xunta decidió que sus expertos y los de Aqualia hiciesen dos pruebas de forma simultánea y en el mismo lugar. Los datos los divulgó ayer: al igual que había ocurrido el sábado, el segundo control -en este caso tanto el de Sanidade como el de la concesionaria- situaba el hierro por debajo de 600 mg/l. Durante estos cinco días Sanidade no llegó a declarar nunca que el agua no fuese potable al mostrar sus segundos exámenes niveles más bajos.

"El agua es de muy mala calidad, pero sigue siendo potable", concluía la delegada territorial de Sanidade, Ángeles Feijoo-Montenegro. Según trasladó ayer, el suministro es apto para el consumo, aunque sus niveles "están muy cerca del límite", por lo que se mantendrá la "vigilancia" hasta que se normalicen. Las mediciones realizadas el lunes por la consellería sitúan el volumen de hierro a la salida de la planta de O Casal en 547 mg/l, en Canido alcanza 537, en Valladares 435 y en Sanjurjo Badía 518.

Sanidade también reconoció que los valores están dentro de lo permitido en Moaña, Soutomaior, Cangas, Redondela y el Consorcio do Louro, otros lugares en los que a lo largo de los últimos días había detectado valores excesivos. Los datos recabados el lunes muestran de hecho que el nivel de hierro de Redondela es superior al de Vigo, con niveles que oscilan -en función del punto- entre 544 y 57 mg/l.

Los datos tomados por las gestoras locales de cada uno de esos puntos y Sanidade sí coincidieron en este caso, con pequeñas diferencias. A la hora de explicar la caída en los niveles de hierro se apuntó a las fuertes lluvias registradas el domingo. Con respecto a la fiabilidad de sus controles -cuestionada por Caballero-, la Xunta recalcó su "rigurosidad", acreditada por la ENAC, y que el laboratorio de Aqualia cuenta con un aval inferior. A pesar de eso -aseguró- no cuestiona la "validez" de sus muestras.