El cangués José Luis Videira, que llevó durante muchos años la lucha por la regularización de los furanchos y que guió también los primeros pasos para conseguir la Indicación Xeográfica Protexida Ribeiras do Morrazo, está a punto de abrir la primera bodega de Cangas, en Pinténs, en la parroquia de O Hío, amparada bajo esta marca. El empresario dispone de unos 9.000 metros cuadrados de viñedos -8.000 en una sola finca en su mayoría con uva blanca albariño- y otros 800 metros cuadrados de tinto variado. Junto a las viñas construyó una bodega en donde va a etiquetar el vino con la Indicación de Ribeiras do Morrazo, aunque está por decidir el nombre de la bodega, que irá en la misma etiqueta. La construccion de la bodega contó con todos los permisos municiples y ahora sólo está pendiente de concluir la tramitación en Sanidade, por cierto muy dura ya que las obligaciones para esta pequeña bodega son casi las mismas que para una grande.

Videira tiene una producción de 5.000-6.000 litros de vino, entre tinto y blanco, y la intención es poder llegar a etiquetar el 60% del total, aunque es algo que se irá viendo con el rodaje. Este viticultor parte a su favor con la buena fama de las tierras de O Hío para la producción de vino, ya que se dice que su suelo arenoso y de dunas confiere a los caldos unas características singulares. La evolución del cultivo de la vid en O Morrazo tuvo una expansión creciente desde la Edad Media y llegó posiblemente a un máximo histórico en 1660. Luego los cereales, sobre todo el maíz, comieron terreno a las vides hasta que en la segunda mitad del XVIII se recuperó y consiguióel 10% de la superficie agraria, para después disminuir nuevamente. Los blancos de O Hío y los tintos de Cela (Bueu) siempre tuvieron fama, al ser zonas abrigadas de los vientos del oeste y orientadas al sur, dentro de esos vinos de calidad del fondo de la ría.