El cuadro de Federico Guisasola parece tener las "horas contadas" en el despacho de la Alcaldía de Bueu. El Concello ha iniciado las gestiones con el Museo Massó para entregar en depósito este lienzo al óleo que el artista pintó en el año 1868. El consistorio entiende que de este modo se garantizan unas mejores condiciones de conservación, e incluso de seguridad, para una obra que es una de las primeras postales de Bueu. El depósito implicaría también que el museo se encargaría de realizar un estudio de diagnóstico sobre el cuadro para deteminar si necesita una restauración o algún otro tipo de mantenimiento.

El cuadro refleja una panorámica de la ensenada de Bueu vista desde Robaleira, en Beluso. Su realización fue un encargo que la corporación realizó al artista en el año 1868 después de una visita a la localidad y en aquel momento costó 60 escudos isabelinos.

En la actualidad, después de recorrer varias paredes y estancias del ayuntamiento, el lienzo está en la Alcaldía, rescatado de cierto ostracismo ya que en los últimos tiempos permanecía apoyado en el suelo en un despacho municipal. El regidor, Félix Juncal, y el concejal de Patrimonio, José García Cuervo, argumentan que el cuadro estará en mejores condiciones en el Museo Massó, donde ya se encuentran otras obras de gran valor patrimonial para el Concello de Bueu, como el caso de los bocetos que Urbano Lugrís realizó para la construcción de la capilla de Santos Reis. En aquel entonces el museo no solo asumió su custodia sino que también costeó los trabajos de restauración y entregó al ayuntamiento una serie de facsímiles, que son los que ahora cuelgan en el salón de plenos.

Al igual que entonces el Museo Massó realizará un cuidadoso estudio sobre su estado y desde el gobierno local confían que, si fuese necesario, se encargaría de una posible restauración. Los últimos cuidados de este tipo que recibió el cuadro, llamado "Vista panorámica de Bueu", datan de hace más de 30 años. Fue a iniciativa del entonces concejal José Ramón Domínguez "Pin Cabanillas", que solicitó a la corporación presidida en 1985 por Manuel Freire Lino una restauración del lienzo. Ese trabajo lo acometió entonces el Museo Provincial de Pontevedra y supuso una inversión de 73.000 pesetas. Después de aquello el cuadro de Guisasola regresó a la pared este del salón de plenos [la que da a la calle Eduardo Vincenti] hasta que la "reaparición" de los bocetos de Lugrís lo forzó a un largo "peregrinaje" por las dependencias municipales hasta llegar al despacho de la Alcaldía.