El 9 de mayo de 2016 ardía la Nave A de la principal empresa de O Morrazo: Fandicosta. Entonces el humo puso en jaque a toda la ría de Vigo. Solo un día después los responsables de la empresa de congelados anunciaban que trabajarían para volver a estar a pleno rendimiento lo antes posible. De hecho, solo cinco días después de sufrir el virulento fuego, ya estaban despachando mercancía. Tras el retraso provocado por la necesidad de aprobar el PXOM de Moaña, las obras comenzaron y se mantienen a un ritmo muy alto. De hecho, fuentes de la empresa explican que en mayo de 2018, justo dos años después del incendio, todos los espacios de la planta reconstruida estarán a pleno rendimiento.

Desde hace varias semanas se puede observar, desde la carretera, la forma definitiva que tendrá esta nave. Y es que tras levantar los muros de 13 metros de altura en octubre, los operarios de la empresa constructora, Civis Global, están ultimando ya la cubierta de toda la estructura.

De todas formas, desde la empresa explican que las tareas que restan por cumplir son mayores de lo que aparenta la estructura externa de la nave. A la vez, están trabajando en los panelados interiores que se utilizarán como aislamientos para la cámara frigorífica de la planta baja. Para los primeros meses de 2018 quedarán trabajos tan complejos como toda la instalación de frío para este espacio.

La capacidad frigorífica de Fandicosta se incrementará con esta nueva nave. La cámara que ocupará la mayor parte de la planta baja tendrá una capacidad superior a la que se quemó, por encima de los 33.000 metros cúbicos. Esto equivale a un almacenaje de 10.000 toneladas de pescado.

Esta planta baja estará lista y operativa en marzo de 2018. Además de la cámara incluye un espacio para la clasificación de pescado. Pero de todas formas, la ampliación y modernización de la planta de transformación que se salvó de las llamas es lo que permite dedicar más espacio en la nueva infraestructura a la cámara frigorífica. En las naves B y C ya se introdujo nueva maquinaria.

A partir de marzo, por lo tanto, Fandicosta podrá operar de nuevo a pleno rendimiento. Y es que las dificultades para prestar servicios de frío y los esfuerzos para volver a regularizar su actividad tras el siniestro, ralentizaron la actividad de la empresa, que en 2016 facturó 83,6 millones de euros. De hecho, las llamas de mayo de ese mismo año habían calcinado 1.600 toneladas de cefalópodo que estaban almacenadas y listas para su venta.

Una vez que la primera planta esté funcionando a pleno rendimiento solo restarán por acabar los espacios de la planta superior, en donde se ubicarán las oficinas. Con 3.473 metros cuadrados, esta planta acogerá, además de los despachos, una zona social y el comedor de los trabajadores.

En total la nueva nave A tendrá 15.344 metros cuadrados, de los que 7.949 metros se destinarán a la planta baja. Toda la reconstrucción asciende a un presupuesto de 10,3 millones de euros.