Nunca fue fácil vivir en el centro del Casco Vello de Cangas. Por un lado las campanas de la excolegiata que a las 08.30 horas comienzan a hacerse notar para llamar a misa a los fieles, por otro el famoso reloj de Abanca, que daba las horas con enorme orgullo, y por último el sonido de la sirena del barco del transporte de ría, que acostumbra a avisar, muy de mañana, de que sale el primer barco para Vigo. Desde que salieron a la luz las primeras quejas de ruido que quebrantaba el sueño de los vecinos del barrio, el reloj de Abanca dejó de sonar. Eso sí, sigue manteniendo la hora de antes, la de verano. Pero ya no se escucha Negra Sombra, a las 10 de la noche. Se acabó con una tradición así, de golpe. Por lo menos es lo que piensan los vecinos del barrio, que culpan a ese movimiento en las redes sociales de todo el alboroto que se está armando, de querer acabar con las tradiciones que siempre hubo en la villa. Además, muchos del barrio los conocen perfectamente. Dicen que los que enredan en estas cosas son personas que ni tan siquiera son de Cangas, y que si ya lograron lo de reloj de Abanca terminarán también prohibiendo que suene la sirena para llamar al barco de las 06.00 horas, donde embarcan numerosos trabajadores camino de Vigo.

Cuando se comenta a muchos vecinos y comerciantes del barrio que el Concello de Cangas va a medir el sonido que emiten las campanas de la excolegiata, muchos se echan las manos a la cabeza, no dan crédito. Sin embargo, el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, afirma que lo que se busca no es otra cosa que respetar la ordenanza municipal en materia de ruidos, ni más ni menos, como con un local nocturno. Claro que esta comparación no hace otra cosa que abundar en la división. Y mucho menos cuando hay vecinos que se cansan de quejarse en el Concello porque los locales ponen música alta en las terrazas los fines de semana.

Hay quien si detecta que desde hace alrededor de seis meses aumentó un poco el sonido de las campanas de la excolegiata. Lo dicen incluso gente que está en contra de que se enrede más en este conflicto. Hablan de las tradiciones, independientemente de ideas políticas y de ese reloj de la entidad bancaria que dejó de dar las horas y hacer sonar Negra Sombra justo coincidiendo con las quejas vecinales que llegaron hasta el Concello, concretamente a la Concejalía de Urbanismo.

Es difícil encontrar por las calles esa gente que muestra su malestar por los decibelios a los que suenan las campanas.

Y hay que recodar que todo empezó porque se pensaba que las campanas del templo empezaban a sonar antes de hora, porque un supuesto ajuste automático no había cambiado la hora de verano a la de invierno. Pero después se demostró que no existía más automatismo que el del sacristán, que tenía la manía de cumplir con su oficio y media hora antes de la primera misa del día tañía las campanas con la fuerza que le permiten los años. Por los que es difícil sostener que el aumento de ruido es apreciable.

Esta situación tensa más todavía las relaciones entre el gobierno local y la Iglesia. El tripartito está muy molesto con el párroco por no ayudar a retirar de la fachada de la excolegiata los símbolos franquistas. De hecho, el Concello de Cangas ya presentó una denuncia contra la Iglesia por supuestamente incumplir la Ley de la Memoria Histórica.

Encarna Pérez

"Es una tontería; no molestan nada"

Es una tontería. Estas quejas están movidas por gente que no es ni tan siquiera de aquí, que buscan otras disputas. A la gente del barrio no le molesta en absoluto el tañir de las campanas.

Pedro Molanes

"Desde hace 5 o 6 meses parece que es más alto"

Desde hace 5 ó 6 meses parece que el sonido de las campanas es má alto. Pero no es cuestión de acabar con todo. Solo bastaría con que se redujera, si es verdad esta apreciación que tengo.

Patricia Domínguez

"O es que subió el sonido o la frecuencia"

Al principio de vivir aquí sí que molestaban. Después acabas acostumbrándote. No sé exactamente lo que pasó, pero sí que o aumentó el sonido o la frecuencia con la que se tañen las campanas.