"A decisión está tomada e non vai haber volta atrás". Las quejas de algunos comerciantes ambulantes por la prohibición del Concello de aparcar sus furgonetas en los jardines de Félix Soage mientras se desarrolla la actividad del mercadillo de los viernes no ha hecho cambiar de parecer al gobierno tripartito de Cangas, a pesar de que una representación del colectivo se reunió anteanoche con el alcalde, Xosé Manuel Pazos, para pedirle que reconsideren la medida por los supuestos perjuicios que le originan. Pazos les repitió que la organización del mercadillo y las medidas aplicadas para mejorar su funcionamiento -como la concentración de puestos en el entorno de la plaza de abastos y la calle Eduardo Vincenti, que obliga a despejar de furgonetas ese espacio- es competencia de la edil de Desenvolvemento Local, Ánxela Vizoso, y consensuada con sus compañeros de gobierno, y que él no piensa desautorizarla en este asunto.

La propia concejala insistió ayer en esos argumentos. Señaló que la redistribución de espacios persigue la mejora general del mercadillo y que no sería razonable dejar a unos ambulantes estacionar junto a sus puestos y prohibirlo a otros, pues no hay espacio para todos. Añade que el Concello no puede ceder a las presiones, como sucedió en otras ocasiones, para dejar sin efecto las medidas que aprueba.

El gobierno local está dispuesto a atender y corregir "problemas por situacións puntuais" que puedan detectarse, pero no a cambiar su parecer sobre la ocupación de espacios en la Alameda Vella.