El vecino de Domaio, Xosé Antón Baqueiro, está siendo una de las sensaciones en las Xornadas Micolóxicas de Bueu por el trabajo artesano que muestra, en el que se pueden ver piezas de cristal con formas de setas, recubiertas por cristal transparente a modo de gotas de agua. Este moañés de 46 años es probablemente el último soplador de vidrio de Galicia y desde su taller de Domaio trabaja el cristal de dos técnicas distintas. "As obras con soplete só as facemos eu e unha rapaza de Vimianzo, que eu saiba. Antes había un alemán afincado en Pontevedra, pero xa non o traballa. En canto ao vidrio soplado con caña, agora mesmo só estou eu en Galicia. En España debe haber unhas 25 persoas e nas quedadas me coñecen directamente como o galego", explica con humor.

Aunque no se dedica profesionalmente a trabajar el vidrio y lo ve más como un hobby, Xosé Antón Baqueiro logró ya protagonizar una exposición en Soutomaior hace varios años mostrando las esculturas de cristal reciclado que elabora con la técnica del soplado. "Naquela ocasión empreguei tanto o vidrio como a escultura en pedra, mesturando os dous elementos para una exposición ligada ao mundo do mar e dos ríos", como atestiguan piezas tan bellas como las ostras de piedra con la perla de cristal.

Cuenta con unas 4 toneladas de cristales rotos procedentes de una fábrica. "Tiven a sorte de que me deixaron recoller todas as botellas. Agora o que fago é, cunha pala, meter os cristais rotos nun forno e cocelos a 1.300 grados centígrados". Es entonces cuando, en estado líquido, da la forma a las esculturas. "Para conseguir distintas cores emprego óxidos de metal". Se encarga del soplado con una caña. Es llamativo que tiene que utilizar siempre cristales de una misma marca de bebida para cada pieza, "pois a composición do cristal debe ser uniforme".

Más allá del soplado, la otra técnica en la que trabaja este vecino de Domaio es más común y se conoce como Lampwork. Trabaja con un soplete pequeño para dar forma a barras de cristal de distintos colores traído directamente de la isla veneciana de Murano, en Italia, en donde residen los talleres de vidrio más afamados de Europa. Hasta tres kilos al año recibe en barras de cristal de Murano.

Con la ayuda de unas pinzas le da las formas al vidrio en estado líquido. Es con esta técnica con la que elabora objetos de orfebrería como los que muestran estos días en las Xornadas Micolóxicas de Bueu. "Fago aneis, pendentes, colgantes, broches ou pisapapeis. Tamén emprego outras técnicas como a da caída libre en moldes, aproveitando que a altas temperaturas estado do vidrio é similar ao do mel".

Este moañés reconoce que le gusta hacer demostraciones de este arte en ferias o otro tipo de reuniones. Aunque en España el soplado de vidrio es muy minoritario, apunta a que "en países como Inglaterra ou Estados Unidos hai xente moi boa que traballa nisto, pero non para produccións industriais, que están moi mecanizadas xa".

15 años lleva ya Xosé Antón Baqueiro dando forma a piezas de cristal y no tiene intención de parar. Incluso confiesa su sueño de poder vivir de esta pasión.