En el segundo subtramo de la futura autovía -entre el enlace de San Lourenzo y la salida de Meira- el estado de las obras está muy avanzado. Hasta el punto de que los nuevos carriles cuentan en casi toda su longitud con la capa asfáltica base. En este caso el firme cuenta con un suelo estabilizado, una capa de suelo-cemento, que se fabrica en la misma zona con ayuda de unos silos, y tres capas de aglomerado asfáltico.

Solo falta por iniciar el afaltado de un tramo de unos 500 metros que coincide con el llamado "desmonte 4". El trabajo en este talud se dejó para el corte del Corredor iniciado el 9 de octubre. Desde entonces hay explosiones diarias con dinamita para acometer este desmonte. Menor en importancia al que obligó al corte de 2016, que tenía 60 metros de altura y que se está asegurando con unos bulones metálicos y con mortero de hasta 9 metros de largo.

En este mismo subtramo el personal de la empresa Dragados continúa avanzando en la construcción del segundo viaducto da Mó, con 58 metros de altura y 11 vanos. En estos momentos se han instalado ya las vigas de los primeros cuatro vanos. En el resto los operarios trabajan para instalar, a mano y pieza a pieza, la armadura metálica sobre la que se asentará el hormigón y el asfalto. En total son 20.000 kilos de acero por cada vano, lo que supone una armadura total que sumará 220.000 kilos de piezas metálicas.

Las últimas vigas se instalarán a partir del 22 de enero. Sobre el puente trabajan en estos momentos 10 operarios cada día. Cada trabajador instala una media de una tonelada diaria de acero.