El Concello de Cangas ha dado un paso más en sus planes de concentrar el mercadillo ambulante en el entorno de la plaza de abastos y ayer fueron apenas media decena los puestos que aún se instalaron en la alameda de O Sinal por falta de espacio para reubicarse. El gobierno tripartito piensa ganarlo en la zona de aparcamiento paralela a la carretera PO-551, donde actualmente estacionan las furgonetas de los comerciantes, que desde el próximo viernes deberán dejarlo libre y trasladarse a otra zona que tendrán reservada junto a las pistas de O Sinal. Lo mismo tendrán que hacer las furgonetas que ahora se alinean en las márgenes de los jardines de Soage, entre la plaza de abastos y el reloj de Guitián, una medida que rechazan algunos comerciantes, entre ellos la asociación de ambulantes de O Morrazo. La concejala de Comercio e Desenvolvemento Local, Ánxela Vizoso, recalcó ayer que las medidas fueron propuestas por los técnicos tras un riguroso estudio, aprobadas por unanimidad por la Xunta de Goberno y comunicadas verbalmente y por escrito a los interesados, por lo que ya no hay marcha atrás.

La obligación de retirar las furgonetas del entorno del mercadillo es de las que ha generado más polémica. Sus detractores advierten que perjudicará la carga y descarga, alargará el tiempo de montaje y desmontaje de los puestos y provocará rencillas entre los vendedores que deberán coordinar las tareas. Aseguran que ese sistema ya se probó hace algunos años y generó algunos enfrentamientos entre ellos, por lo que piden al Concello que desista de esa fórmula, que además no permite ganar espacio para nuevos puestos. No obstante, la edil ya ha dejado claro que las medidas son las mismas para todos, que no habrá privilegios y que la Policía Local velará desde el próximo viernes por que estas medidas se cumplan, sin excepciones, en los 138 puestos que actualmente disponen de licencia municipal.

Vizoso incide en que el Concello de Cangas paga alrededor de 1.600 euros mensuales a Portos de Galicia (unos 20.000 euros al año) como canon por la utilización del espacio de su competencia comprendido entre la plaza de abastos y la estación marítima, y no le parece de recibo que parte de esa zona se utilice "para aparcar furgonetas" mientras algunos puestos no tienen donde ubicarse. Con el traslado de los vehículos a otra zona, se dará solución al problema sin grandes trastornos para el sector, augura la concejala, e insiste en que esas medidas se toman sobre la base de un estudio previo de los conserjes, técnicos municipales y la Policía Local. La intención del gobierno es realizar "melloras progresivas", buscando el máximo consenso a la hora de fijar cambios.

Pero no solo se retirarán del entorno de la plaza las furgonetas, sino también contenedores de residuos y otros elementos que ocupan espacios susceptibles de ser ocupados por puestos de venta. Además, está previsto que personal de la Concellería de Obras e Servizos, que dirige Mercedes Giráldez, acondicione una rampa de entrada a la alameda de Soage en las proximidades de la plaza de abastos y otra de salida junto al reloj, con el fin de que las furgonetas de los ambulantes puedan hacer un recorrido circular a la hora de descargar y cargar las mercancías.

Desde el Concello asumen que "os cambios sempre soen ser polémicos", pero se hacen con la intención de mejorar la situación, por lo que piden esperar a conocer los resultados y "máxima colaboración" para que beneficien a todos. La retirada de furgonetas del entorno, como sucede en otros municipios, también contribuirá a mejorar la estética y "vistosidade" del mercadillo, lo que debe repercutir positivamente en las ventas, auguran.