La Bienal de Arte de Vila Nova de Cerveira, con casi 40 años de historia -en verano se celebró la XIX edición- y que sigue creciendo en torno a una fundación, es una de la más veterana de la península ibérica y de las más reconocidas. También uno de los espejos en los que se mira Arte no Morrazo, la bienal que promueven el Concello de Cangas y la empresa Frigoríficos do Morrazo. La posibilidad de colaborar entre estas instituciones para seguir creciendo es uno de los objetivos que analizaron ayer los alcaldes de ambos municipios, Fernando Nogueira y Xosé Manuel Pazos, que recibió en Cangas a su homólogo portugués para buscar alianzas en el ámbito cultural, comenzando por el intercambio artístico. Pazos devolverá la visita a finales de este año o comienzos del próximo para "concretar esta alianza na que estamos de acordo" y dar los primeros pasos prácticos.

Una de las opciones es que ambas bienales intercambien piezas, "que a bienal de arte de Cerveira teña unha extensión de Cangas e a do Morrazo poida acoller pezas da bienal portuguesa", adelantó el regidor cangués, que conocía el interés de los responsables políticos y técnicos de Cerveira en estrechar lazos que ya existían en el terreno artístico. Esa colaboración deberá formalizarse a través de un convenio en el que ya se empieza a trabajar, porque ese intercambio "non pretende ser cousa dun ano, senón institucionalizalo", abunda. A ello contribuirá que ambas bienales no coincidirán en el mismo año, pues Vila Nova de Cerveira ha decidido que la suya se celebre en años pares (en 2018 organizará su 20ª edición) y la cita de Cangas se mantiene en los impares.

Primeros pasos

Fernando Nogueira y otros colaboradores -entre ellos el director de la bienal de arte y una profesora de la escuela de arquitectura- se trasladaron ayer a la villa morracense, donde visitaron la casa museo de Camilo Camaño-A Mangallona, en Coiro, para conocer la obra y la colección de arte que cobija. Al encuentro asistió también José Vieira, profesor portugués asentado en Cangas y uno de los enlaces que hizo posible el encuentro. Luego se reunieron en el Concello, donde el máximo representante de la Cámara municipal de la localidad lusa limítrofe con Galicia firmó en el libro de honor y recibió un recuerdo de su breve paso por Cangas, antes de que la comitiva compartiera almuerzo en un restaurante de la comarca para poner fin a una jornada que hubo que condensar por obligaciones familiares de Fernando Nogueira.