"Levamos meses pedindo que chova e o día que caen catro pingas xa bota o pozo por fóra", protesta una vecina de Vilariño mientras observa la acumulación de aguas residuales estancadas en el regato de As Lagoas, que se hacen más sólidas antes de llegar al mar por la escasez de caudal derivada de la sequía. El problema de vertidos comenzó antes de amanecer, supuestamente por la incapacidad del pozo de bombeo de Vilariño de procesar ese volumen de agua causado por las riadas y que entra en la red de saneamiento y acaba por salir por los aliviaderos que vierten al río, aunque desde la asociación Pedra Amarrada aseguran que el problema viene de lejos, que se produce incluso en épocas sin lluvias y que falta inversión y mantenimiento de la concesionaria (la UTE Gestión Cangas), así como supervisión por parte del Concello.

No obstante, el problema de vertidos no solo se vivió en Vilariño, sino también en Aldán -con residuos en la desembocadura del río Orxas en la playa de San Cibrán atribuidos a un atasco en las tuberías, según la versión oficial-, e incluso en puntos del centro urbano de Cangas, sobre los que difiere el propio Concello. La concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, lo atribuye a un pozo de bombeo habilitado junto al surtidor de combustible portuario y que "Portos de Galicia nunca puxo en marcha e debería activar", lo que afecta a todo el área, mientras que la edil de Medio Ambiente, Tania Castro, lo achaca a carencias de un sistema separativo de aguas pluviales y fecales y considera que la Concellería de Urbanismo, que dirige Mariano Abalo, "ten moito que dicir". En su opinión, ese departamento municipal debería tomar cartas en el asunto supervisando la correcta conexión de edificios y viviendas a la red de saneamiento, "mesmo con axudas municipais", y aplicando sanciones a los que se salten la normativa.

A pesar de las versiones, el problema se repitió en varios puntos del municipio en los que tienen competencia distintas administraciones. En Vilariño, los vertidos son una constante que se repite desde hace bastantes años con cierta periodicidad. Ayer se produjo el "desbordamento" del pozo de bombeo que soporta el caudal llegado desde otros puntos de la parroquia de O Hío y el cauce quedó cubierto de una materia grasa y otros residuos. Desde la asociación de vecinos optaron por llamar a la Policía Local y los agentes recogieron muestras para llevarlas a analizar a un laboratorio. El gesto tiene mayor relevancia en el contexto de enfrentamiento entre el Concello y la concesionaria, a la que amenazan con rescindir el contrato por desatender el servicio e incumplir las condiciones pactadas.

Representantes de Pedra Amarrada aseguran que la compañía concesionaria del servicio -que conforman Aqualia y Civis Global- no ha realizado inversión alguna desde que se hizo cargo del servicio integral, aunque Aqualia ya era antes responsable, en solitario, del bombeo de Vilariño. Los vecinos también se quejaron de que a última hora de la mañana aún no había operarios de la empresa limpiando los residuos esparcidos por la zona, donde hay edificios de viviendas y locales de hostelería, además de un "patrimonio natural a protexer", recalcan los afectados.

De hecho, el colectivo vecinal trabaja en colaboración con el colegio de O Hío en un plan de estudio, limpieza y puesta en valor de la laguna de Vilariño, que afrontan con "moitas dificultades".