El levantamiento de la prohibición de los barcos de carbono dejó al club sin actividad durante cinco años. Cuando la retomó lo hizo con la vieja trainera de madera, lo que suponía arrastrar una embarcación de 270 kilos, 70 más que cualquier competidor. El club se movilizó para protestar y consiguió las ayudas necesarias para comprar una nueva trainera.