La empresa Copasa, que se encarga de la construcción del primer tramo del desdoblamiento del Corredor do Morrazo en autovía AG-46, entre Domaio y Meira, recibió ayer las vigas para el nuevo viaducto de Domaio que enlazará la futura autovía con la autopista AP-9 y el puente de Rande. Fue un traslado que requirió, debido a la longitud de las vigas, la presencia de Tráfico y originó retenciones de circulación en la rotonda de Domaio. Las piezas quedaron en los remolques, en la entrada al corredor -que está cerrado al tráfico desde el pasado día 9- para iniciar su colocación.

La previsión es que los trabajos se realicen en la noche del lunes al martes, tal y como confirman las fuentes consultadas, cumpliéndose así la previsión de la empresa adjudicataria que esperaba para principios de esta próxima semana el inicio de los trabajos de colocación de las vigas para, posteriormente, a la semana siuguiente, proceder a la colocación del tablero.

Este nuevo viaducto tendrá una longitud, según consta en el proyecto base de licitación, de 73 metros. El puente irá apoyado sobre un pilar central, que ya está construído en el centro de la rotonda de Domaio. El ancho del viaducto será de 8,80 metros, con calzada de 4, arcén de 2,50 por un lado y de 1 metro por otro, y barrera de 0,65 en ambos extrremos.

Esta construcción es una de las piezas clves para la descongestión del tráfico en el corredor ya que supone un enlace directo a la autopista y al puente de Rande. En la futura autovía se evitarán las retenciones que hasta ahora provocaba el paso por la rotodna de Domaio.

La empresa estima que el viaducto esté concluido a finales de este año, cuando también entre en servicio la ampliación del puente de Rande, aunque no estará operativo hasta mayo de 2018. Es el plazo que baraja la Consellería de Infraestructuras para la apertura de los dos primeros tramos de la nueva autovía, entre su inicio en Domaio y el enlace de Meira, de unos 7 kilómetros de longitud.