El entorno de la nueva depuradora del Lagares sigue sometido a una intensa actividad pero que ya poco tiene que ver con la construcción de edificios o la instalación de sistemas de funcionamiento. Los operarios desplegados se afanan ahora en la culminación de dos fases del proyecto ejecutado por la sociedad estatal dependiente del Ministerio de Agricultura, Aguas de las Cuencas de España (Acuaes): la urbanización de la estación de tratamiento de aguas y la regeneración de la marisma adyacente.

Ambas fases avanzan conforme al calendario que fija la entrega de la obra, coincidente con la finalización del periodo de pruebas de la planta: mayo de 2018. Respecto a la urbanización, en el paisaje de Coruxo sigue destacando la nueva EDAR por la magnitud del ámbito edificado aunque desde hace semanas el ajardinamiento consigue aminorar el efecto del cemento gris de los edificios al mezclarse con los mantos verdes de césped sembrados por casi todos los rincones y viales que conducen hacia los diferentes módulos de este megacomplejo. La siguiente pata de esta "humanización" continuará en los próximos días con la plantación de un "importante" número de árboles, afirman desde la obra.

A pocos metros de distancia se ejecutan otros trabajos, de momento, bastante menos lucidos, como el derribo de las secciones de la anterior depuradora en la zona de Muiños. De estas construcciones, solo quedaba ayer en pie la que el Concello pidió conservar con el propósito de transformarla en auditorio vecinal. Este inmueble será el centro de un gran parque verde que crecerá a su alrededor como antesala de la marisma del Lagares regenerada.