El Concello de Marín ha tenido que proceder a la tala de un cedro de la Alameda, ya que el árbol presentaba graves problemas que ponían en riesgo la seguridad de los viandantes.

El árbol estaba implantado en un césped con riego automático, lo que originó que alrededor del árbol, el suelo no tuviera el oxígeno necesario e incluso se encharcara, pudriéndose las raíces.

Esto afectó a la parte aérea del árbol, con el consiguiente desprendimiento primero de las ramas de gran tamaño, y la pérdida de hojas y vitalidad en el resto.

El árbol ya se había quedado sin hojas, y se habían roto todas sus ramas, quedando solo el tronco principal, donde se encontraba anillado a la mitad con alambre, creando ahí un punto de rotura que en este momento ya era muy crítico.

La decisión de la tala se tomó porque si se dejaba secar, sería muy problemático, incluso pudiendo ocasionar daños personales, además de materiales.

Según el Concello, con cualquier fuerte viento o temporal se corría el grave riesgo de que al no tener demasiado agarre las raíces pudiera desplomarse, tal y como sucedió en años atrás con ramas largas del mismo que cayeron en varias ocasiones. Era una situación que se trató de prolongar con medidas, muchas veces de seguridad, cintas, vallas, pero que en estos momentos todo aconsejaban su desaparición.