"Asistimos con preocupación a un continuo descenso de exemplares, en torno a un 40% nos últimos 15 anos e que chega a ser de ata un 90% no caso das granívoras como o pardal ou o verderón". Lo dice Antonio Fernández Cordeiro, miembro del grupo de anillamiento "Anduriña", que ayer celebró el Día das Aves en Punta Balea con otra jornada de observación y capturas para su catalogación y control antes de ser devueltas a su hábitat natural. En la actividad se registraron 31 ejemplares de 12 especies, mayoritariamente insectívoras ( paporrubios y papuxas, una de ellas cabecinegra, ave sedentaria que ya fue marcada en 2011 en esa zona, y dos estreliñas riscadas, pero en el cómputo global son "bastante menos que en anos anteriores", confirmando una tendencia negativa que los expertos ven "moi preocupante".

Un ejemplo de ese desplome en la riqueza ornitológica, para la que sirve como referencia Punta Balea, es la ausencia absoluta de gorriones, especie hasta hace unos años muy abundante, incluso en el ámbito urbano, y que se ha convertido en muy escasa, hasta casi desaparecer a nivel general, y en O Morrazo en particular. "É moi chamativo que en toda a xornada non teñamos collido nin un só pardal, cando hai uns anos colliamos 15, 20 ou 30 exemplares no mesmo día", revela Cordeiro, que pone el foco de la drástica merma de granívoras en el "abandono dos campos de cultivo e a progresiva urbanización", que esquilman su hábitat y alimentación básica. El uso de insecticidas y plaguicidas también afecta negativamente a la población de aves, aunque su repercusión es desigual en las distintas especies.

Los naturalistas llaman a una mayor sensibilización social para garantizar la supervivencia de las aves, y para ello es básico divulgar su importancia y sus amenazas, conocerlas de cerca, como ocurrió el fin de semana en Punta Balea, con puntos de observación hacia el mar, la zona boscosa y la laguna de Massó. Miembros de Anduriña facilitaron telescopios y prismáticos a adultos y niños, que asistieron a las tareas de control, pesaje y anillamiento y tuvieron el protagonismo de soltar luego los ejemplares capturados con la esperanza de que esta tendencia negativa se invierta.