Para el BNG lo más grave de la nueva ley está recogido en el apartado relativo a planificación, ordenación, obras, medio ambiente y seguridad, que recupera la figura de los Planes Directores de Infraestructuras y realiza un análisis de la situación actual para a continuación definir las necesidades del puerto en un horizonte mínimo de 5 años. "A pesar de su carácter vinculante, la realidad es que se puede modificar por obras menores, por obras de reconocida urgencia o de excepcional interés público, debidamente apreciado por el Consello da Xunta. También podrá modificar la Delimitación de los Espacios y Usos Portuarios que muchos de los puertos ya han aprobado con el cual seguirá siendo un instrumento totalmente plástico por el presidente o gobierno de turno", lo que "es un blindaje ante la revisión de la ordenación municipal".