Los ataques de la Vespa velutina, conocida popularmente como avispa asiática, a viñedos de Moaña es un problema que se extendió más allá del barrio de A Paradela, que fue el primer caso que saltó a la luz. Un pequeño productor de vino de A Xalde también vio como esta especie atacaba racimos de uvas de la variedad blanca de godello y de una variedad tinta de moscatel, que seguramente atrajo a estas avispas por tratarse de una uva muy dulce, según explica el propio productor.

El afectado fue Manuel Pastoriza, conocido también por presidir la Asociación de Veciños de San Martiño. Explica que solo él produce la variedad de moscatel afectada en Moaña y que además de su dulzura tuvo una maduración más temprana, de ahí que coincidiese con el ciclo biológico de la avispa asiática.

Al igual que ocurrió en otros viñedos de la comarca, este fue el primer año en el que se registraron ataques de esta especie. Los apicultores, que se encargan de la retirada y neutralización de nidos de velutinas, así como del trampeo previo durante la primavera, atribuyen estos ataques al adelanto de la maduración de las uvas debido al invierno seco.

De la variedad de moscatel, Manuel Pastoriza perdió todos los racimos de las dos cepas que tenía cultivadas. Son unos 14 kilos de uva con la que producía moscatel para autoconsumo. Las velutinas se comieron estos racimos hace más de un mes.

Hace escasamente 10 días este productor de San Martiño volvió a sufrir el mismo problema pero con las uvas de godello, como había pasado ya en A Paradela. "Estas vespas me limparon case tres cepas. Uns 13 kilos de uvas de godello", lamenta el afectado. Explica que pensaba que su caso era el único, por eso no había alertado con anterioridad sobre estos ataques de la Vespa velutina.

Pide que la Xunta intensifique los trabajos de lucha contra esta especie, por temor a que puedan afectar a más cultivos en el futuro. Recuerda que de momento solo atacan cierta variedad de uva.

Desde la delegación en la comarca de la Asociación Galega de Apicultores explican que estos daños en pequeños viñedos por parte de esta especie se registraron también en uva para vino de mesa dulce en Meiro (Bueu). También viñedos de O Hío, en Cangas, habrían tenido este problema.

Los ataques a arboles frutales también afectaron a perales de toda la comarca. El propio Manuel Pastoriza explica que en su caso cuenta con unas siete variedades de peras distintas, pero las avispas apenas atacaron a la llamada pera blanquilla "que debe ser máis doce e lles gusta especialmente".

Los apicultores, que también reclaman más personal y medios por parte de la Consellería de Medio Rural para atajar la proliferación de esta especie que ataca a las abejas, ya advirtieron del riesgo que suponen también para las frutas. Explican que causaron ya muchos daños en campos de producción de arándanos de Asturias y Cantabria.

Desde la Consellería de Medio Rural confirmaron esta misma semana que tenían constancia de ataques de este tipo a racimos de uvas, pero aseguran que se trata de casos puntuales y que las frutas también sufren ataques de las avispas autóctonas.

Desde O Salnés, la producción de vino bajo la Denominación de Origen Rías Baixas no se vio afectada, según aclararon los propios productores.

Desde Medio Rural aseguraron también que la producción de vino de esta campaña no se vería afectada por estos ataques. Por lo tanto, seguirán como hasta ahora con el plan de reducción de población de la avispa asiática. Este año se están neutralizando muchos más nidos que durante 2016. Ya han retirado más de 7.000 nidos, cuando el pasado año finalizó con unos 10.500 nidos en toda Galicia.