Esta misma semana saltó a la luz que algunos viñedos de O Morrazo habían sido atacados por ejemplares de vespa velutina, la conocida como avispa asiática que desde hace años se extiende por Galicia y tiene en jaque sobre todo a los apicultores, pues mata a las abejas. Han afectado de momento a uvas de godello en la parte alta de Moaña y a uvas de vino de mesa dulce de Meiro, en Bueu. Ante la alarma causada por la posible evolución que el incremento de avispas asiáticas puede tener sobre la producción de vino, desde la Consellería de Medio Rural llaman a la calma.

La Xunta reconoce que se registran casos de racimos de uvas comidos por esta especie de avispa invasora, "pero también por avispas autóctonas", añade. Aclara que las avispas asiáticas, además de néctar, es común que se alimenten de fruta madura, pero descartan una pérdida de producción generalizada.

Para Medio Rural los casos de ataques a viñas por parte de ejemplares de Vespa velutina son "puntuales. Se trata de algo residual". Entienden que no afectará a la producción de vino, por lo que no se notará en la cantidad de producto que se ponga a la venta en el mercado tras la campaña de vendimia de este año.

Ante esta consideración, la consellería no se plantea intensificar el programa para identificar y neutralizar los nidos de velutina. "Seguiremos adelante con el plan de lucha contra la velutina que está en marcha", indica. Recuerdan que la mejor forma para disminuir la población de velutina es actuar en época de cría con campañas de trampeo. Y es que si se atrapan a las reinas se impiden la formación de nuevos nidos.

De todas formas, la campaña de la Xunta no está dando grandes frutos, y es que al igual que ocurre en O Morrazo, en el resto de Galicia cada vez proliferan más los nidos de avispa asiática. El año pasado se retiraron, en toda la comunidad autónoma, unos 10.500 nidos. En el presente ejercicio, todavía sin finalizar el mes de agosto, se han retirado ya más de 7.000 nidos.

En el plan autonómico colaboran 108 concellos y de momento el mayor riesgo sigue siendo el hecho de que maten las abejas.

Asimismo, y ante el aumento de la población de Vespa velutina, desde la Consellería de Medio Rural entienden que esta especie será ya imposible de erradicar de tierras gallegas. "A otros países también llegó y no la pudieron eliminar", argumentan. En este sentido, los esfuerzos se centrarán en tratar de reducir o estabilizar su número, "porque hay que aprender a convivir con ella".

El caso más llamativo del que se tuvo constancia en O Morrazo ocurrió en un viñedo de A Paradela, en la parte alta de Moaña. La pronta maduración de la uva de godello en esta campaña hizo que coincidiese con el ciclo biológico de la Vespa velutina. El productor moañés José Graña se encontró con que las velutinas habían devorado los racimos de al menos dos de las cinco cepas que tiene de godello. Estimó en más de 10 kilos las uvas que ha perdido en pocos días.

Tras percatarse del problema decidió matar directamente los ejemplares. Acabó con 83 avispas asiáticas. Desde entonces no ha sufrido más ataques, por lo que entiende que provenían de un nido lejano a la viña.

Indicación Geográfica

Por otro lado, los productores de la reciente Indicación xeográfica Protexida "Viños de Ribeiras do Morrazo" explicaron ayer a través de su portavoz Guillermo Martínez Pintos que en la zona de Vilaboa, de donde son la mayor parte de los productores, no se han registrado ataques de la Vespa velutina.

De todas formas, desde este colectivo se muestran muy preocupados y entienden que existe riesgo de que las avispas asiáticas dañen las viñas.

Guillermo Martínez Pintos explica que estarán atentos y pide a las administraciones "tomen medidas" antes de que pueda notarse el ataque de las velutinas en la producción de vino. "De todas formas, más allá del vino, es necesario atajar la proliferación de estas avispas".

Guillermo Martínez Pintos es portavoz de la Indicación Xeográfica Protexida porque todavía no está constituida formalmente.

Aunque las reuniones las mantienen entre los productores de Vilaboa, el colectivo estará formado por tres bodegas y más de 600 productores de Bueu, Cangas, Marín, Moaña, Poio, Pontevedra, Redondela y Vilaboa. En su momento reclamaron también la legalización de algunos derechos históricos de viñas de la zona que no se encuentran incluidos en el registro vitivinícola pero que superan los 100 años de existencia.

Las uvas con las que trabajan los productores que se enmarcan dentro de esta indicación geográfica son las variedades albariño para vinos blancos y caíño y mencía para vinos tintos. No incluyen la variedad godello, que sería la atacada en Moaña al madurar antes.