Las obras de reparación de un solado de hormigón del aparcamiento público anexo a un edificio de la Avenida de Ourense que sufre un hundimiento progresivo y dificulta el acceso de vehículos le está ocasionando a los responsables del Concello de Cangas más problemas de los previstos, pues los operarios que ejecutan los trabajos tienen que lidiar con un pavimento muy deteriorado y tuberías de canalización de servicios destrozadas y que no cumplen su cometido. Es el resumen que hace la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, que calcula en casi 40.000 euros la inversión necesaria para poner en condiciones esta área próxima a la pista de skate.

La actuación comenzó el pasado lunes y se estima que serán necesarias dos o tres semanas más para terminarla. Algunos vecinos apuntaron la conveniencia de acometer la obra tras el verano, para evitar perder esas plazas de aparcamiento junto a la playa de Rodeira en pleno mes de agosto -tampoco pueden acceder a los garajes del edificio-, cuando además resulta especialmente complicado aparcar en la calle por la saturación de visitantes. Sin embargo, la comunidad de propietarios consideró que no se podía esperar más e instó al Concello a actuar ya por los daños en el pavimento, en la acera, en acceso a las viviendas e incluso en el alumbrado público, "que constituían un risco para a seguridade".

Según Giráldez, la empresa se ha encontrado una escombrera bajo el pavimento y seis bajantes de aguas pluviales que vertían bajo el solado, degradando el terreno. "Estanse a estudar posibles reclamacións por vicios ocultos", anuncia, mientras se da solución a un problema "que ven de fai tempo, sen que o PP lle metera man" para solucionarlo, critica. La edil apunta directamente al concejal Jesús Graña, vecino del inmueble, al que acusa de no preocuparse por el asunto mientras formó parte del gobierno municipal, cuando "as súas prioridades eran outras", lo que acrecentó el deterioro y el presupuesto para solucionarlo.