El tramo urbano de la carretera PO-551 comprendido entre las rotondas del Gordo y Pedra Alta lleva años liderando las estadísticas de siniestralidad en el municipio y, aunque no hay datos oficiales, los responsables políticos y policiales estiman que uno de cada cuatro accidentes de tráfico que atienden se producen en esos aproximadamente dos kilómetros de recorrido. Un golpe por alcance en el límite entre la Avenida de Ourense y Xosé María Castroviejo, el atropello de dos personas en el paso de peatones frente al kenyata, la caída de un motorista en la rotonda de la lonja y la colisión de otro con un turismo -ambos ayer- son algunos de los percances con heridos que en los últimos días movilizaron a los equipos de emergencias. El Concello considera que buena parte de la culpa la tiene el mal estado de la vía, la falta de mantenimiento y señalización para disuadir a los conductores temerarios, y exige a la Xunta que actúe de inmediato para mejorar la seguridad "ou será responsable de calquera desgracia que poida producirse", avisa el alcalde, Xosé Manuel Pazos.

Los representantes municipales inciden en que la Consellería de Infraestruturas "leva anos" sin intervenir en ese tramo del vial a pesar del gran volumen de tráfico rodado y peatonal que soporta, con múltiples establecimientos comerciales y hosteleros, edificios institucionales, centros educativos, el consistorio, la plaza de abastos, la lonja y el puerto y otros muchos servicios públicos o privados en sus márgenes o en las inmediaciones. El regidor asegura que los requerimientos a la Xunta para mejorar el pavimento, señalizar mejor los pasos de peatones o instalar semáforos u otros sistemas de regulación son constantes desde el Concello desde hace dos años, pero la administración autonómica "non os atende". De hecho, la brigada municipal tuvo que repintar los pasos de cebra más concurridos para paliar el problema, aunque Pazos ya anuncia que no volverá a hacerlo con fondos propios porque es una vía autonómica y la Xunta debe responsabilizarse de su mantenimiento.

La necesidad de intervenir en esta travesía urbana, al igual que en la Avenida de Vigo o en el cruce de Pepe Simón, que son otros focos de alta siniestralidad, es también una demanda social que ha generado debates políticos y llegó a tratarse en pleno, que instó a la Xunta a actuar, aunque con escaso éxito. "Teñen un estudo da Policía Local sobre a situación e necesidades, pero non fan caso. É unha vergoña que as cousas sigan así e deben actuar xa", reivindica el alcalde.