La última voladura prevista para este verano en el Corredor do Morrazo provocó ayer retenciones en la PO-551 a su paso por Domaio, A Guía y Meira en sentido a Cangas. Las colas fueron en esta ocasión menores que en el anterior corte del vial, ya que había coincidido con las Festas de San Benito en Domaio y el atasco se extendió entonces incluso al puente de Rande y a la salida de la autopista hacia la comarca. Sin embargo, los conductores también tuvieron que armarse de paciencia ayer, al menos hasta llegar a la entrada de Moaña, donde ya pudieron optar por continuar en la carretera provincial o bien tomar el Corredor -que sí permaneció abierto desde el enlace de Broullón hasta Aldán- para dirigirse bien a Cangas o bien a las playas.

Las restricciones de tráfico en el Corredor do Morrazo comenzaron cuando apenas pasaban unos minutos de las diez de la mañana. Los operarios que trabajan en la ampliación del segundo tramo del vial para su conversión en autovía se pusieron manos a la obra y prepararon todo el dispositivo para la explosión controlada. La misma tuvo lugar en el punto kilométrico 4+800, en un frente de unos 25 metros de longitud y unos 8 de altura media situado en el margen más próximo al mar. Tras la retirada de los cascotes, algunos de los cuales invadieron el vial, y después de asegurar la zona, se abrió nuevamente el Corredor. Fue alrededor de las 12.45 horas, un cuarto de hora antes de lo previsto.

Hasta ese momento los puntos en los que se produjeron mayores retenciones fueron los habituales. En el centro de Domaio se registraron las primeras colas en los dos semáforos existentes, y una vez se pasaron la circulación se normalizó por la recta de A Borna hasta el lugar de A Guía, en Meira, donde el atasco fue de mayores proporciones al coincidir de forma consecutiva los semáforos de A Guía, Porta do Sol y el del cruce con la carretera que va a Meira de arriba. La importante afluencia de vehículos hizo que el vial resultase insuficiente para dar salida a todos y las retenciones llegaron a ser de entre 20 y 25 minutos para acceder al casco urbano del municipio moañés.

La previsión es que durante todo el mes de agosto no haya ninguna voladura más, con el claro objetivo de evitar cualquier corte que pueda tener una incidencia sobre el intenso tráfico que se registra en este mes en toda la comarca. Mientras, continuará el resto de trabajos para ir afinando la preparación del vial en este segundo tramo, entre Domaio y Meira, que es donde se concentra el trabajo de voladuras. Asimismo, en los próximos días se firmará el contrato del tercer tramo, de casi cuatro kilómetros entre Meira y Cangas.